Desde el pasado 23 de marzo el Presidente de la Asociación Latinoamericana de Micros, Pequeñas y Medianas Empresas (Alampyme) dijo a expansion.mx que 4.5 millones de mipymes estaban en incertidumbre, y que, a ese momento ya había pérdidas por 30,000 millones de pesos que podrían extenderse a 250,000 millones de pesos, dependiendo de cuándo realmente termine la emergencia sanitaria.
Un mes más tarde la Asociación de Emprendedores de México (ASEM) realizó una encuesta cuyos resultados son preocupantes. De entrada 77% de las mipymes podrían dejar de operar en menos de dos meses y 25% se verían forzadas a despedir personal; 57% de los microempresarios entrevistados expresaron que tendrían dificultad para pagar a sus empleados; 3 de cada 10 tendrá dificultad de pagar sus préstamos y créditos; un 40% estará en problemas para pagar impuestos; el 47% tendrá dificultades de cobranza a clientes, y el 87% de las empresas perderán ventas, clientes y aprobación de nuevos trabajos.
La afectación a las pymes y mipymes no es exclusiva de nuestro país.
En Estados Unidos, el Grupo SMB, firma de consultoría en adopción de tecnología y tendencias en las pequeñas y medianas empresas (SMB) asentada en Boston, también realizó una encuesta para conocer la afectación de COVID-19 en las pymes americanas. El 75% de los encuestados reportaron que COVID-19 los está impactando negativamente; el 60% anticipa una reducción de sus ingresos en un 30% en los próximos seis meses; el 3% ya cerró definitivamente y un 43% reportó que han cerrado temporalmente con la expectativa de reabrir. El 34% de las pymes ya iniciaron la reducción de sueldos y de horas de trabajo; el 24% planea despedir y / o reducir las horas de los empleados asalariados, y el 22% tiene la intención de hacerlo para los contratistas.
Cuando empezó a vislumbrarse esta situación, surgieron algunas iniciativas gubernamentales de apoyo. El presidente de Estados Unidos lanzó un programa para inyectar 350,000 millones de dólares para que las empresas mantuvieran el pago a sus empleados, de los que 321,000 millones de dólares se destinaron a préstamos a pequeñas empresas; en México el presidente destinó 25,000 millones de pesos para créditos a un millón de pequeños negocios ($25,000 para cada uno) y luego anunció otro millón de créditos para pymes que no hubieran despedido a sus trabajadores.
También empezaron a aparecer algunas iniciativas de apoyo a las mipymes. Surgieron algunos movimientos y plataformas de capacitación para orientar la toma de decisiones y la preparación para la nueva normalidad; asesorías en línea para diseñar planes de recuperación; video cursos y talleres en línea para ayudar a los emprendedores a adecuarse y reactivarse; consultorías para el regreso gradual y escalonado, por mencionar algunas.