Pasa lo mismo con la inclusión de las TIC, para eso que comúnmente llaman oficina en casa, pero corresponde a un concepto mayor que debemos identificar como teletrabajo, cosa que en muchos otros países se tiene contemplado con las medidas de protección no solo digital, sino también legales, bien sustentadas y sobre todo existentes; algo que en México no veremos pronto a pesar de toda situación.
Es un hecho que esta “nueva” gama de derechos se apertura con el reconocimiento e importancia de la protección de datos personales, aquellos derechos de acceso, rectificación, corrección y oposición que pregona nuestro órgano garante en la materia, que, para muchos usuarios son completamente desconocidos e inexistentes al buscar dar el contenido personal de baja en alguna publicación donde se utilice su información, a lo cual no hay campañas de penetración masivas para dar a conocer este tipo de atención.
En México nos centramos en el tratamiento y resguardo de los mismos, puedo afirmar que diversas dependencias de gobierno desconocen incluso sobre los avisos de privacidad en los dispositivos biométricos para sus empleados, lo cual con la pericia necesaria se puede convertir en una sanción completa.
OPINIÓN. Las reglas olvidadas de internet: sobre el comportamiento como usuarios
El migrar a un plano de distancia con ayuda de la tecnología nos ha modificado a varios las horas de sueño, derivado de las diversas jornadas, improvisadas, mal planeadas por parte de las autoridades a quienes debemos responder, pues el mal pensamiento de estar en casa laborando no implica estar a disposición de 24/7 para atender publicaciones, correos, videollamadas, a menos que se esté contratado para una labor así.
La inexistencia de un derecho importante como es el derecho a la desconexión al menos en nuestro país sería motivo tabú o de un enfado al patrón, pues el marcar las horas donde uno ya no puede ser molestado se tornaría en una contravención hacia la disposición de ponerse la camiseta totalmente, un derecho digital inexistente.
Otro de los pilares es la neutralidad en la red y esperemos que no se vea afectado; no sería de extrañarnos que el Estado metiera de lleno su cuchara para comenzar a buscar obtener ganancias utilizando como marionetas a los proveedores de servicio de internet, en una administración donde se ha hecho presente el impuesto digital por uso y disfrute de plataformas, productos o servicios digitales.
OPINIÓN: Del circo digital en las videollamadas
No sería raro que los contenidos ordenados para visualizar, otros limitados para acceder, tengan algún costo adicional; sin duda la neutralidad en la red es un derecho digital presente que se debe defender.