La parte delictiva sobrevive con la premisa de adaptarse o morir, el hecho de tener que salir día a día a las calles para generar ingresos por medio de actos ilícitos, con un flujo ahora bajo poblacional en las zonas de mayores focos rojos de la ciudad, ha hecho que los delincuentes comiencen a tomar alternativas para subsistir.
Con lo anterior podemos hablar de aquellos delitos cometidos por medios tecnológicos, donde el factor humano es el que impera y se cobija bajo un anonimato, sin temer una sanción por la creencia de una nula legislación y atención a este tipo de temas; algo de cierto tiene esta premisa con un matiz completo de desconocimiento de la mayoría poblacional.
Basta con un teléfono móvil de bajo costo y algunos pares de chips de cualquier compañía al gusto y preferencia del delincuente para realizar llamadas a usuarios de diversos bancos, con grabaciones tomadas de las líneas de atención y jugar con el engaño para hacer caer al usuario víctima en la trampa, con ello, les otorgue los datos de sus respectivas tarjetas bancarias mencionadas en la llamada. Si el delincuente consigue su cometido con éxito procederá a ofrecer compras en línea a mitad del costo, pago de servicios y demás: nos hemos encontrado con delincuentes enfocados al carding.
Otros delincuentes, con un poco más de formación, han recurrido a montar sitios web por medio del uso de blogs, para hacerse pasar por ayudas de parte del gobierno, solicitando un módico costo por el envío de la supuesta tarjeta que contendrá el monto de ayuda, haciendo caer a personas de la tercera edad y personas incapaces de identificar qué información es real y cual es apócrifa, aquí vemos delincuentes enfocados al phishing.
Con los dos grandes ejemplos anteriores podemos imaginarnos que las estafas y fraudes han tenido un crecimiento considerable, la premisa de adaptase o morir de los delincuentes los ha hecho trasladarse creativamente hacia nuevas tendencias delictivas. La brecha digital de algunas zonas de México en general hace que las labores sean simplificadas, el uso de la ingeniería social casi nata de los delincuentes es un parámetro a considerar en la formación y manera para manejar a su víctima.
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