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Delincuencia digital en cuarentena

La premisa de adaptase o morir de los delincuentes los ha hecho trasladarse creativamente hacia nuevas tendencias delictivas, opina Carlos Ramírez Castañeda.
lun 18 mayo 2020 11:57 PM

(Expansión) – Una de las realidades que ha traído consigo la cuarentena es el hecho de empujar a diversos sectores hacia el punto digital, donde la convergencia de usuarios se traslada hacia el uso de aplicaciones para convivencia y desarrollo de actividades; desde lo escolar, laboral, e incluso deportivo, diversos aspectos comunes influenciados y teniendo como pilar base a la tecnología.

El hecho de migrar a un modelo digitalizado donde la interacción acata las reglas de sana distancia, es casi imposible no imaginar un futuro adaptado a las condiciones que las TIC nos están brindando; sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, hablemos de los sectores que poco se ha aventurado a decir palabra alguna.

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La parte delictiva sobrevive con la premisa de adaptarse o morir, el hecho de tener que salir día a día a las calles para generar ingresos por medio de actos ilícitos, con un flujo ahora bajo poblacional en las zonas de mayores focos rojos de la ciudad, ha hecho que los delincuentes comiencen a tomar alternativas para subsistir.

Con lo anterior podemos hablar de aquellos delitos cometidos por medios tecnológicos, donde el factor humano es el que impera y se cobija bajo un anonimato, sin temer una sanción por la creencia de una nula legislación y atención a este tipo de temas; algo de cierto tiene esta premisa con un matiz completo de desconocimiento de la mayoría poblacional.

Basta con un teléfono móvil de bajo costo y algunos pares de chips de cualquier compañía al gusto y preferencia del delincuente para realizar llamadas a usuarios de diversos bancos, con grabaciones tomadas de las líneas de atención y jugar con el engaño para hacer caer al usuario víctima en la trampa, con ello, les otorgue los datos de sus respectivas tarjetas bancarias mencionadas en la llamada. Si el delincuente consigue su cometido con éxito procederá a ofrecer compras en línea a mitad del costo, pago de servicios y demás: nos hemos encontrado con delincuentes enfocados al carding.

Otros delincuentes, con un poco más de formación, han recurrido a montar sitios web por medio del uso de blogs, para hacerse pasar por ayudas de parte del gobierno, solicitando un módico costo por el envío de la supuesta tarjeta que contendrá el monto de ayuda, haciendo caer a personas de la tercera edad y personas incapaces de identificar qué información es real y cual es apócrifa, aquí vemos delincuentes enfocados al phishing.

Con los dos grandes ejemplos anteriores podemos imaginarnos que las estafas y fraudes han tenido un crecimiento considerable, la premisa de adaptase o morir de los delincuentes los ha hecho trasladarse creativamente hacia nuevas tendencias delictivas. La brecha digital de algunas zonas de México en general hace que las labores sean simplificadas, el uso de la ingeniería social casi nata de los delincuentes es un parámetro a considerar en la formación y manera para manejar a su víctima.

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No se debe dejar de lado al factor ciberdelito en un plano de atención necesaria, a la par de buscar la creación de políticas públicas para la atención hacia la concientización de los usuarios, con un enfoque hacia los sectores más vulnerables con acceso a las TIC.

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Se habla de otras cifras, pero se deja de lado la parte digital de la delincuencia, quizá por la carencia de conocimiento en la materia por parte del personal enfocado a la atención e impartición de justicia, quizá por la creencia de suponer que no pasa nada, que no surgen consecuencias o simplemente por el desinterés notorio de mirar a la actualidad. Romper el estereotipo reacio de la legislación tradicional sería un buen primer paso, con ello las cifras de personas afectadas podrían bajar y aumentar los casos de una correcta atención a las víctimas.

Nota del editor: Carlos Ramírez Castañeda es especialista y apasionado por el Derecho Informático, particularmente en ramas de Ciberseguridad, Cibercriminalidad y Ciberterrorismo. Tiene un Máster en Derecho de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Santiago de Compostela España, Doctor en Administración y Políticas Públicas de México. Es colaborador de diversas instituciones académicas y gubernamentales, profesional siempre interesado en temas de ciberprevención particularmente con sectores vulnerables. Síguelo en Twitter como @Ciberagente . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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