Además, para aquellos que sí cumplen los requisitos de semanas cotizadas, el nivel de ingreso que la pensión les proporciona después de jubilarse es mucho menor al que tenían con su último salario (al nivel de ingreso otorgado por la pensión como porcentaje del último salario de un trabajador se le denomina tasa de reemplazo).
Para solucionarlo, el Gobierno Federal y la Iniciativa Privada proponen algunos cambios importantes: 1) Una disminución de 1,250 a 750 semanas de cotización necesarias para acceder a una pensión (es decir, deberán trabajar en un empleo formal inscrito en IMSS o ISSSTE por alrededor de 15 años en vez de los 25 contemplados previamente). 2) Las aportaciones al ahorro de los trabajadores hechas por los patrones incrementarán gradualmente a lo largo de ocho años; así, las aportaciones totales al ahorro de los trabajadores – compuestas por aportaciones patronales, del gobierno y de trabajador – incrementarán del 6.5% actual a 15%.
En principio, la propuesta – que aún debe ser discutida y aprobada en el Congreso – busca atender un problema importante de cobertura que existe en el mercado laboral de México. Actualmente, apenas 34% de los trabajadores del país pueden acceder a una pensión; la propuesta busca que llegue hasta un 82%. Además, si tiene éxito, los cambios en el sistema podrían elevar la tasa de reemplazo para los jubilados, logrando que el ingreso percibido con la pensión sea más parecido al que tenían con su último salario.