(Expansión) – Las fintech son un sector con importante crecimiento en el país. Tan sólo en el último año tuvieron un incremento anual de 14% y se llegó a 441 empresas de este tipo en México, lo que nos coloca como el líder a nivel Latinoamérica, según la última edición del Fintech Radar de Finnovista.
Este crecimiento es algo que no debe ser solamente celebrado por el mismo sector, hay otros, como las pequeñas y medianas empresas (Pymes), que se han beneficiado de ello.
Hay dos segmentos que sobresalen en el ecosistema fintech: Préstamos (Lending) y Pagos (Payments). Esto es muy relevante para las pymes, ya que el acceso al crédito, y en general a mecanismos de financiamiento, ha sido uno de sus mayores problemas desde hace años y, muchas veces, es el factor principal de su quiebra o de su incapacidad de crecimiento. Es decir, existe una necesidad latente de las empresas relegadas por las entidades financieras tradicionales que está siendo cubierta por las fintech.
Este sector de empresas de tecnología financiera puede ser el factor determinante para transformar a las pymes mexicanas desde dos vertientes: otorgándoles créditos, formas de pagos y otras series de servicios para que éstas los puedan ofrecer a sus propios clientes.
Una pyme que no tenía acceso a un crédito, ahora lo puede tener, ya que el proceso para obtener un crédito y las tasas de interés que ofrecen las fintech les permite a las pequeñas y medianas empresas encontrar un acceso a préstamos que antes era casi imposible a través de los bancos tradicionales.
Los sistemas de pago son otro punto que las pymes están transformando gracias a fintech como iZettle, Clip o Sr. Pago, ya que son una herramienta que les permite cobrar con tarjetas, por muy pequeño que sea el negocio.
Hoy existe una tendencia al alza en cuanto a bancos digitales se refiere, así como una gran oferta de wallets. Esto está generando que cada vez más gente no se acerque a los servicios de los bancos tradicionales, ya que ya no son indispensables para hacer un depósito o realizar un pago; todo se puede hacer desde una aplicación, respaldada por una fintech.
Por ejemplo, hace algunas semanas fuí a comer a un restaurante, y en lo que me llegaba mi platillo me metí a una aplicación de una fintech y en 30 minutos tenía mi tarjeta en la mano, cinco minutos después la activé, hice un depósito a través de SPEI y pagué en la cuenta en ese restaurante con mi nueva tarjeta. Si esto lo traducimos a una pyme, entenderemos la verdadera importancia de las fintech. En su ADN está hacer todo más ágil y más conveniente.
Todo lo que hoy hacen las fintech lo podrían hacer los bancos tradicionales, pero no lo están haciendo; por ello estas empresas están revolucionando la forma en que se otorgan créditos y la forma en cómo pagamos.
¿Qué deben aprender las fintech de las pymes y viceversa? Las pymes deberían de aprender de las fintech a retar el estado de cómo se hacen las cosas. Normalmente las pequeñas y medianas empresas encuentran un lugar y les cuesta mucho trabajo moverse de ahí; eso, precisamente es algo que se les dificulta entender; no retan el statu quo.
Los mercados, los consumidores y todo en el mundo se va moviendo, por ello las Pymes deben subirse a este tren.
Las fintechs, por su parte, deben aprender la resiliencia de las pymes. Las pymes aguantan y aguantan mucho. No importa cuántas veces se caigan los dueños de pymes siempre están dispuestos a levantarse. Muchas de las startups en ecosistemas como el fintech mueren en el camino y parece que a nadie le importa, y esto es una dinámica en la que nos puede ir mal a todos. Lo más importante para que tengan éxito es tener una visión muy clara y resiliencia absoluta.
Que existan las fintech no significa que las pymes dejarán la banca tradicional, es un poco ingenuo creer esto. Todavía estamos dentro de un proceso de confianza en el que aún muchas pymes desconfían en lo que una fintech les puede ofrecer realmente.
Sin embargo, conforme las pymes vayan evolucionando a la era digital y se vuelvan más ágiles, así como las fintech demuestren que pueden operar de manera correcta, se traducirá en una mayor confianza mutua.
Un punto importante de esta confianza es la llamada Ley Fintech, la cual es sumamente relevante porque legitima a estas empresas y pone una base con reglas claras para poder entender que el dinero que las Pymes metan o saquen es de instituciones reguladas y seguras.
Todo este panorama ayuda a entender por qué, más que nunca, tanto fintech como pymes, trabajarán de la mano. Falta ver cómo ambos sectores salen librados de la crisis económica que vivimos por la pandemia… Pero eso es otra historia.
Nota del editor: David Terán es fundador y CEO de Gestionix. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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