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Escuchar para actuar

Lamentablemente este gobierno no cree en los expertos en contar historias y prefiere contarlas por sí mismo, a su manera, aun cuando la realidad lo contradiga, opina Mario Maraboto.
mar 04 agosto 2020 12:31 AM

(Expansión) – Quien trabaja en interacción con otras personas o quien tiene la posibilidad de influenciar las conductas de los demás, tiene como una de sus tareas fundamentales el escuchar para poder comunicar.

La escucha es importante en toda actividad y relación. A lo largo de la historia, muchos hombres famosos, presidentes y directivos de empresas privadas o públicas, aun no siendo expertos en comunicación ni estar necesariamente relacionados con ella o con el periodismo, han contribuido con algunas frases al mejor entendimiento de la función comunicativa. Son expresiones que, puestas en práctica por sus autores, son de gran influencia y aún con el paso del tiempo siguen teniendo vigencia. De ellas muchos podríamos aprender y poner en práctica en medio de la pandemia.

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John D. Rockefeller, decía que “junto a hacer lo correcto lo más importante es hacerle saber a las personas que estás haciendo lo correcto”. Rockefeller se refería a las obras de beneficencia que realizaba a través de su fundación, pero es de aplicación indudable en momentos de crisis como la que estamos padeciendo por el COVID-19.

No basta con informar datos y estadísticas sobre contagios, decesos, y ocupación en hospitales. Lo que la gente quiere saber es qué realmente se está haciendo para impedir que siga creciendo la famosa curva, especialmente cuando hay tanta confusión tanto en estadísticas como en qué hacer y qué no hacer, y hay una evidente contradicción entre el presidente y sus propios colaboradores.

Otra frase que debería escuchar el actual presidente es una de Bill Gates, uno de los cinco hombres más ricos del mundo: “Si sólo me quedara un dólar de mi presupuesto, lo invertiría en relaciones públicas”. Su visión lo llevó a crear la empresa que todos conocemos, pero con el apoyo de profesionales en la comunicación y las relaciones públicas continuamente buscó difundir historias, no sobre su producto o su sistema operativo, sino sobre el valor agregado que ellos ofrecían a los consumidores.

Durante esta pandemia el gobierno ha comunicado cuántos millones de dólares ha invertido en equipo médico, en batas, caretas y cubrebocas para el personal de salud; lo demás han sido las dudosas estadísticas. Pero lo importante sería comunicar que esos materiales y equipos sean de tal calidad que pueden estar en operación continua durante un tiempo determinado, y sus beneficios tanto a personal de salud como a los propios enfermos.

Lamentablemente este gobierno no cree en los expertos en contar historias y prefiere contarlas por sí mismo, a su manera, aun cuando la realidad lo contradiga.

Otra frase para reflexionar es la siguiente de Henry Ford: “Detener la Publicidad y las Relaciones Públicas para ahorrar dinero es como detener tu reloj para ahorrar tiempo”. El éxito de un programa para posicionar a una marca, una empresa, un ejecutivo, o promover una conducta, se basa en gran medida en campañas de publicidad y relaciones públicas.

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Para la OMS es inviable mantener fronteras cerradas por COVID-19

Aprovechar las ventajas de estas herramientas ayuda a lograr credibilidad y reconocimiento y consecuentemente a mantener una imagen positiva en un mundo saturado de información muchas veces falsa o incorrecta. Sus resultados a veces son a mediano plazo pero generalmente resultan favorables.

Durante la pandemia del COVID-19 varios países del mundo han invertido en campañas audiovisuales de sensibilización, para promover la sana distancia y el uso de cubrebocas o para reconocer al personal de salud, en algunos casos de forma divertida y apoyados por personalidades locales. Ejemplos: Argentina, Perú, China, España.

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Lamentablemente este gobierno federal no escucha y no sólo no invierte en este tipo de programas sino que inclusive reduce los presupuestos para el área de salud. Literalmente es un caso de detener el reloj para ahorrar tiempo.

Pero quizás lo más significativo es que el gobierno no se escucha a sí mismo y cae en contradicciones.

A fines de mayo pasado el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud (y vocero incansable para el tema de la pandemia) publicó un tuit: “En el tránsito a la Nueva Normalidad el cubrebocas será una medida auxiliar para evitar la propagación de #COVID19. Se suma a las medidas de higiene y sana distancia que permanecerán en la sociedad para prevenir coronavirus y otras infecciones de transmisión”.

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Parecía que finalmente había escuchado lo que hacen en otros países pero a fin de cuentas se mantuvo en su criterio de no usar el cubrebocas y en días recientes apareció una foto de él comiendo con el gobernador de Tabasco, sin mantener una sana distancia.

Y ni qué decir del presidente de la República; no escuchó lo que dijo en marzo pasado: “Miren, yo me ajusto al protocolo de salud… hago lo que me indiquen los médicos, los responsables”.

En estas circunstancias…. ¡Ni cómo ayudarlo!

Nota del editor: Mario Maraboto es Licenciado en Periodismo por la UNAM. Investigador Asociado en la Universidad de Carolina del Norte. Autor del libro "Periodismo y Negocios. Cómo vincular empresas con periodistas". Consultor en Comunicación, Relaciones Públicas y situaciones especiales/crisis desde 1991. Escríbele a su correo mmarabotom@gmail.com y síguelo en Twitter . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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