2. Conoce, entiende y aprovecha el nuevo mercado. Tu fábrica de satisfacción culinaria depende de un consumidor que hoy busca mucho más que satisfacer una necesidad primaria. Pensemos en un cliente hiperconectado, cuyos puntos de contacto pueden ser lo mismo una visita presencial, que escudriñar tu página web o deleitarse con tu Instagram.
Además, con tanta información sobre la mesa tu cliente es más exigente: por un lado, es sensible ante un entorno complejo, por lo que ahora demanda que su refugio demuestre empatía social y ambiental; por otro, se muestra ansioso por recibir su comida o caja de alimentos de forma fácil, pero está ávido por publicar que lo que consume destaca entre un bestial número de alternativas -potenciadas por Rappi, UberEats, Didi, SinDelantal y los que vengan.
OPINIÓN: ¿Por dónde empezar para reactivar, recuperar y crecer tu negocio?
3. Destaca el propósito y corazón de tu proyecto a través de su identidad, historia y menú. Redacta un par de páginas que resalten el origen y la historia de tu sueño, las razones detrás de tu propuesta culinaria y el propósito económico, social y ambiental de tu proyecto. Los comensales necesitamos que transmitas emociones y valores mucho más allá de de lo que podemos leer en un menú o saborear en tus platillos.
Ante un mundo en profunda crisis, donde el tener más siempre significó ser más, hoy las personas reconocemos la enorme necesidad de la empatía social, del comercio justo, del uso de ingredientes cuidadosamente seleccionados y de la pasión que adereza cada producto.
Transexuales mexicanas abren comedor comunitario durante pandemia
4. Demuestra tu apuesta por la calidad total a través de una identidad claramente definida; elabora una guía de marca de calidad mundial. La historia y el propósito de tu negocio deben ser visibles a través de un diseño gráfico impecable que obedezca reglas muy bien definidas. ¡Forma sí es fondo!
Del horno de tu proyecto deben salir perfectamente detallados y definidos todos los puntos de contacto de tu propuesta culinaria: uniformes, sitio web, tienda online, diseño de punto de venta, empaques, baños, calidad y actitud del personal, facturas, menú y hasta el tono del servicio al cliente. Piensa que cada punto de contacto ensalza o diluye la imagen y la historia que estás construyendo.
5. Haz de tu punto de venta un delicioso oasis. En el libro Starbucked, Taylor Clark describe a cada cafetería de Starbucks como un remanso urbano del que emana felicidad al precio de una taza de café. Esta analogía -con la cual estoy totalmente de acuerdo- resalta la importancia de mantener tu lugar tan cuidado que los clientes se sientan dentro de una cápsula en el tiempo y el espacio. Es ahí donde querrán alegrar sus estómagos mientras cultivan y celebran sus relaciones.
OPINIÓN: Cómo volver a las pymes más productivas frente a la crisis económica