Las caídas mensuales en la actividad industrial de México empezaron en febrero, con una disminución de (-)0.4% causada por la suspensión de actividades industriales y de manufactura en países que ya enfrentaban la pandemia y habían implementado medidas de contención para evitar contagios.
La caída mensual más fuerte se dio en abril, el primer mes completo con medidas de sana distancia en México y un mes en el que la mayor parte de las actividades económicas consideradas no esenciales fueron suspendidas; en ese periodo, la actividad industrial se contrajo (-)25.9% respecto a marzo, la mayor contracción de mes a mes en la historia.
Sin embargo, la información de junio muestra el impacto de la reapertura gradual de actividades no esenciales a lo largo del país, en particular en las actividades manufactureras, cuya actividad incrementó 26.7% de mes a mes.
Estos resultados se reflejan también en las cifras más recientes de empleo: el INEGI reportó que, en junio, 4.7 millones de personas se reincorporaron a la población ocupada (3 millones de personas lo hicieron en empleos informales y 1.7 en empleos formales).
Así, una parte de la población del país recuperó una proporción de sus ingresos laborales previos, lo cual aportó a una reducción en el nivel de pobreza laboral – definida como la situación de personas que no pueden adquirir el valor de una canasta alimentaria básica con el ingreso laboral de su hogar; mientras que en mayo el Coneval estimó que 54.9% de la población se encontraba en esa situación, en junio la proporción disminuyó a 48.1%.