La organización de los países exportadores de petróleo, la OPEP, ha realizado un análisis del 2019 al 2045, que incluye la afectación en el 2020 del COVID-19. Destaca que el petróleo, el gas y el carbón continuarán siendo preponderantes en la utilización en el mundo y serán las energías renovables parte de la transición, pero no será un cambio radical total como el que se comenta en el presente.
La OPEP conceptualiza tres ejes principales para el crecimiento de un país o región con el objetivo de causar el menor daño al medio ambiente: Reducir, Reutilizar y Reciclar (las 3R) lo más posible en nuestra vida cotidiana, y como parte fundamental de nuestras actividades cómo y dónde utilizamos la energía.
Es hipócrita de parte de la humanidad y no de los seres vivos indicar que dejaremos de contaminar o eliminar el cambio climático, eso nunca sucederá. Lo que sí se podrá cambiar, por medio de inversiones, es la forma como producimos, utilizamos y recuperamos los contaminantes que emanan. Esta última parte dependerá de los avances tecnológicos que se realicen en la próxima década para poder recuperar y reutilizar; será el nuevo negocio en el mundo. ¿México está preparado?
Las políticas de los países no estarán basadas, a partir de este año, en tener planes de transiciones energéticas, deberán incorporar programas para que las inversiones públicas o privadas consideren, dentro de un proceso u operación de un proyecto, la forma como deberán de reutilizar y reciclar cada parte que compone para poder reducir la cantidad de contaminantes que puede haber en un periodo. ¿La misión energética de México está considerada?
El nuevo modelo del negocio en la parte energética señala que cada inversión en el futuro deberá considerar de un 20 a un 40% más en el proyecto original para poder cumplir con las 3R de la economía circular y de ahora en adelante deberá ser discutido para determinar si este costo será trasladado al consumidor final o deberá ampliar los tiempos de recuperación de cada inversión.
Emanará ante esto una nueva reclasificación de los sectores para determinar los de alto riesgo, ya no de índole financiera, sino en la forma de enfrentar la reducción de contaminantes en su entorno y al mismo tiempo de maximizar las materias primas o recursos naturales utilizados para la generación de energía. El dinero deja de ser un factor preponderante en la decisión, debido a que todo aquel que cumpla podrá realizarse y adaptarse en el tiempo que opere. ¿Hay estudios de impacto social y ambiental están considerados en México?