Párrafo de la carta:
“Una cosa obvia es que México requiere de varios años de evolución tecnológica y una eficiencia administrativa para lograr nuestra independencia energética; sería necio afirmar que México no requiere de la capacitación tecnológica en materia eléctrica y petrolera.”
Hace más de 60 años tuvimos esta visión, pero nunca fue aterrizada en una misión para poder ser independientes o autosuficientes, varias administraciones pasaron y nunca hubo una política pública de objetivos en común y todos fueron de acuerdo con la ideología administrativa de cada sexenio. Al parecer continuaremos por unos años más con esta forma de concebir a la energía, creando una divergencia entre todos.
Recordemos que apenas tenemos no más de cinco años bajo el nuevo mercado y el cambio planteado fue que privados nacionales o extranjeros tuvieran la oportunidad de ser parte del mercado, sin la necesidad de contratarse con las empresas productivas del Estado, y ser realizados bajo las leyes, normativas y permisos que emanaron de la llamada “reforma energética”.
No se dio como una ideología, es la forma en que podemos llegar a lo que en más de seis décadas surgió como visión y con una readaptación continua en pro de la necesidad del país. Pongámonos de acuerdo, entre todos nosotros, no se trata de ver quién es mejor, es en comprender lo que la nación requiere para asegurar su crecimiento y posicionamiento ante otras economías que quieran hacer negocios con México, ante la falta de tecnología propia.
Párrafo de la carta:
“Pero para ello ningún extranjero necesita convertirse en accionista de las empresas públicas para apoyarnos.”
La reforma energética que contempla la ley de hidrocarburos y eléctrica en ningún artículo recomienda que privados puedan comprar activos y/o aportar capital a las empresas productivas del Estado o que puedan ser parte del consejo administrativo de cada una de ellas.
Adicionalmente, la Ley de Pemex determina la forma en cómo pueden ser contratadas las empresas para dar los servicios, productos o materiales a la empresa, pero en ningún momento indica que esto dará lugar a que un privado pueda tomar o decidir el rumbo o destino de la empresa. Lo que sí indica es que, de acuerdo con la decisión que tome cada una de las empresas productivas, tienen la posibilidad de buscar aliados, socios o compartir riesgos en proyectos, pero en comunión con las regulaciones vigentes actuales.
Asimismo hay que mencionar que las reservas de hidrocarburos encontradas en el subsuelo son de la nación y administradas por la Comisión Nacional de Hidrocarburos (brazo técnico de la Secretaría de Energía). Un privado podrá explorar, desarrollar o mantener una producción de un campo con base en la estrategia y política energética de la administración en turno y lo que considere lo más benéfico para la nación.