Esta última no es la gran solución, a sabiendas que desde ahí se coordinan grupos de pedófilos, terroristas e incluso personas intercambiando packs (fotos de desnudos explícitos), a pesar de que en un primer momento tiene un poco más de “seguridad”, en contraste con WhatsApp. El desconocimiento de uso por usuarios primerizos podría verlos expuestos a una configuración abierta a la identificación de incluso factores de ubicación; hay que tener mucho cuidado con esto, no se trata de instalar por instalar.
A corto plazo el migrar de WhatsApp definitivamente implica dar de bajar todo rastro de Facebook e Instagram, de lo contrario, de nada servirá solo desinstalar la aplicación o borrar la cuenta, identificar qué tipo de solución es la más idónea para cada persona se ve muchas veces en un intento fallido al hablar de que en México una mayoría poblacional utiliza Facebook y WhatsApp en su día a día. Al hablarles de Signal parecería un entorno desconocido y tenebroso digitalmente hablando; el problema está en la apertura de los usuarios hacia una solución desconocida o que sus cercano no utilizan.
Las cadenas de desinformación se han hecho presentes. Esto es algo que todo usuario debe evitar en cualquier plataforma, pues solamente estamos fomentando el engaño; la brecha digital desafortunadamente es un factor que impera para esto a la par de que la verdad absoluta de cada usuario no da apertura al entendimiento que Facebook o WhatsApp no le interesa si escribes que “no autorizas el uso de cualquier dato”.
Desde un primer momento que instalaste la aplicación, creaste una cuenta, estás identificado por dirección IP, número de teléfono, incluso datos personales biométricos. En la Unión Europea las medidas de protección de datos son más sólidas, pregúntenle al GDPR el cambio que realizó en el paradigma tecnológico.
Se reconoce que el INAI haya hecho un pronunciamiento, pero nos hace falta más hincapié e importancia a este tipo de temas, pues si nos levantamos todos como usuarios, ciudadanos, Facebook México tendría que dar cuenta abierta y con transparencia total de los datos que de verdad comparten con terceros y de qué forma.
La ambigüedad de estas nuevas políticas, que si no se aceptan simplemente no se podrá continuar con el uso de la plataforma de mensajería, dejan a la deriva muchos elementos que deben ser específicos. Entendamos que cuando algo es gratis, el usuario es el producto, para este caso la integración y labor de abordaje con publicidad más explícita, directa hasta cierto punto más que a la medida, debe despertar en el usuario la curiosidad y necesidad de comenzar a darle importancia sobre los datos e incluso metadatos que deja a paso con el uso de diversas herramientas tecnológicas.