La ola de frío polar congela tuberías en EU con temperaturas de -18 °C
Sin embargo, tampoco puede evitarse que ocurran ni pueden ignorarse en la planeación del sector. Es importante entender lo endógeno y lo exógeno para proponer soluciones integrales.
¿Qué se puede hacer?
Es imposible independizarse de las importaciones de gas natural de Estados Unidos. Se llegó a este punto por la competitividad de precios y la necesidad de abastecer la demanda interna con las condiciones actuales de generación de electricidad.
Es poco probable que este escenario cambie. Donde México puede generar cambios sustanciales es en el almacenamiento de gas. La capacidad y la tecnología actuales no son suficientes para rescatar a la CFE en escasez repentina. Las reservas de gas natural licuado deben permanecer disponibles y ser reforzadas como medida de prevención.
A la par, no descuidar las inversiones en la extracción y producción nacional. No se trata solamente de inyectar recursos, sino de distribuirlos de acuerdo con la rentabilidad y la eficiencia. Es menester priorizar los yacimientos que representen precios competitivos y dejar de lado aquéllos que sólo desviarían recursos de lo redituable.
Otra acción prioritaria relacionada a la producción nacional es la diversificación y optimización de recursos de Pemex. La refinería de Dos Bocas y otras subsidiarias de la paraestatal que han recibido grandes cantidades de dinero están destinadas a producir gasolinas, no a extraer gas natural.
Aumentar el capital y las políticas públicas destinadas a esta industria disminuirá la dependencia de importaciones de otros países. En ese sentido, considerar el fracking y reactivar las rondas para recursos no convencionales ayudarían a aprovechar las reservas nacionales de gas natural y a tener precios más competitivos.
Procurar una matriz energética equilibrada. El hincapié en las energías limpias ha sido reiterativo, pero hay múltiples razones que lo sustentan. El cambio climático vocifera su presencia cada vez con decibeles más altos, como se ha visto en algunas partes de Estados Unidos y de México. No es posible, ni conveniente, regresar a combustibles fósiles que, además de contaminar más, son más caros. Además, ampliar la participación de energías renovables en lo parques de generación amortiguaría el impacto de una falta de suministro o de gas natural.
Finalmente, robustecer y mejorar la red nacional de transmisión, el sistema de transporte de gas natural (Sistrangas). La infraestructura en gasoductos y líneas de transmisión es deficiente. Los ductos del Sistrangas son propiedad del Estado, siguen un interés nacional y no uno de lucro, por lo que es conveniente que se fortalezca. Invertir en ella diluiría el impacto ante eventos inesperados y con ello, el número de apagones aminoraría.
En referencia a la frase célebre de Reinhold Niebuhr: hay que tener la serenidad para aceptar lo que no puede cambiar, el valor para cambiar lo que se puede y la sabiduría para identificar la diferencia. Culpar a otros gobiernos u otros países no exime la responsabilidad del gobierno actual; acusarlos de no resolver lo ajeno tampoco resuelve.
Es necesario entender cada parte para diseñar soluciones objetivas e integrales. Hay que procurar que el foco que enciendan los apagones sea el de ideas que iluminen el rumbo del sector energético en México, y no uno rojo que indique el peligro de continuar en esta ruta.
Nota del editor: Antonio Michel estudió Relaciones Internacionales en el ITAM, donde es profesor, y tiene una Maestría en Administración Pública por la Universidad de Maxwell. Trabajó casi 7 años en la Administración Pública Federal, en las secretarías de Relaciones Exteriores, Desarrollo Social, Energía y Gobernación. Su pasión son los asuntos internacionales, los asuntos políticos y la administración pública. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión