En este sentido, el perfil de los ejecutivos de todas las áreas también tuvo que ajustarse a la nueva realidad que llegó para quedarse. Si bien cuestiones básicas como resiliencia, inteligencia emocional, adaptación al cambio, creatividad y el pensamiento crítico eran importantes, en la actualidad son los pilares de cada persona para poder trabajar y poder interrelacionarse de forma efectiva en cada etapa de su vida.
Si trabaja en el área de reputación corporativa también debe sumarse la gestión y control de crisis, dicho en otras palabras, tienen que convertirse en los pilotos de la tormenta.
Como responsables de la comunicación corporativa, la obligación es doble: continuar trabajando y defendiendo la reputación de marca, pero también restablecer o consolidar la confianza con las diferentes audiencias.
Este último punto es vital, donde escuchar, trabajar a partir de insights, ser asertivos y transmitir transparencia deben ser la base de cualquier estrategia integral. Aquí lo más importante será demostrar que se sigue siendo fiel a los valores y al propósito corporativo a pesar de esta coyuntura en beneficio del consumidor.
Por otro lado, en un contexto donde existe mucho ruido y basura comunicacional se debe ser capaz de hacer prevalecer y diferenciar la información real de las fake news. Sabemos que existen múltiples plataformas para consumir y generar contenido, donde cada persona tiene la posibilidad de contribuir a esto.
Por ello, los equipos de reputación corporativa de las organizaciones, tanto públicas como privadas, deben ser lo suficientemente versátiles para identificar y aclarar cualquier situación que lo amerite en un contexto donde determinadas noticias con datos erróneos se volvieron virales.
Por eso se destaca la importancia de acercar las marcas al consumidor para estar en un contacto real que contribuya a la construcción o consolidación de un vínculo, junto con la confianza y que se reduzca esta brecha de oportunidad para la desinformación.
En este sentido, la tecnología juega un rol vital. Gracias a las múltiples herramientas disponibles se puede conocer la conversación en el mundo digital, detectar el sentimiento hacia una marca o tema, posicionar contenidos en buscadores, averiguar qué es lo que realmente le interesa a las audiencias, aprovechar la inteligencia artificial para llevar mensajes quirúrgicamente diseñados a la plataforma adecuada, entender y descubrir nuevas tendencias o hasta utilizar metodologías por medio del blockchain para luchar contra las noticias falsas.