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Las vacunas nos necesitan

Alguien que no se vacune nos puede afectar a todos. No es un tema de salud individual, es un tema de salud pública, considera Jonathán Torres.
mar 20 abril 2021 12:00 AM

(Expansión) - La desconfianza es la otra pandemia de estos nuevos tiempos. No se trata de una inofensiva sensación; puede provocar muchas muertes y algo más: prolongar la permanencia del COVID-19 entre nosotros.

No es posible disponer hoy de un dato fiel que permita ubicar los impactos que puede provocar esta circunstancia, pero se estima que millones de mexicanos no confían en las vacunas y no se las aplicarán, poniendo en serios problemas el plan que amenaza a la salud pública.

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Diversas encuestadoras, universidades y medios han lanzado la pregunta obligada: ¿Cuántos mexicanos se van a vacunar contra el COVID-19? El porcentaje varía, pero todos los sondeos alimentan la percepción de que nos encaminamos hacia un peligroso escenario en el que, lamentablemente, habrá quienes contribuirán en cuestionar la efectividad de las vacunas contra el COVID-19 y colateralmente alimentarán las campañas negras de los movimientos antivacunas.

Para evitarlo necesitamos urgentemente impulsar nuevas narrativas, pero también mirar el contexto y tener la capacidad (y responsabilidad) de informar sin sesgos. Nunca en la historia de la humanidad se había estudiado un virus como ahora, en tiempo real, lo que nos está llevando a una inmediatez informativa inconveniente; tanta información científica no acaba de ser interpretada en sus contextos.

Así, un día se advierte de efectos secundarios de las vacunas de AstraZeneca y Johnson & Johnson; y después se alimenta el miedo ante la eficacia de la vacuna de Sinovac.

No nos dejemos ir por la desinformación. El cuento debe contarse así: todas las vacunas contra el COVID-19 tienen una autorización de emergencia, por lo que siguen siendo evaluadas, pero el punto es que dichas vacunas atienden un clamor mundial que pedía algo para reducir la mortalidad y la hospitalización; entonces, todas las vacunas evitan la muerte y las consecuencias graves de la enfermedad.

Ahora bien, todo en la vida es un riesgo-beneficio y las vacunas no escapan a ello. Entendámoslo así: las vacunas se les aplican a individuos sanos y frente a eso la normatividad internacional contempla requisitos de seguridad muy altos y estrictos; sin embargo, como en todo, hay un riesgo-beneficio y eso es lo que ponderan los estudios clínicos.

De tal forma que la probabilidad de que provoquen un daño es infinitamente menor que la enfermedad que se está tratando de prevenir. Por eso, ese riesgo menor se acepta a nivel internacional.

Los medios tienen el importante papel de transmitir con claridad que la mejor opción para preservar la salud y la vida es vacunarse. Es tarea de todos ayudar a que los escépticos cambien de opinión, porque en caso contrario no llegaremos a la inmunidad de rebaño, lo que significa que el virus seguirá circulando en una fracción de la población y así puede mutar, generar variantes.

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La OPS recomienda seguir aplicando vacunas anticovid de AstraZeneca

Alguien que no se vacune nos puede afectar a todos. No es un tema de salud individual, es un tema de salud pública.

La farmacovigilancia (el control de los efectos secundarios y la eficacia de los medicamentos), en tanto, debería ser una herramienta de oro para darle seguimiento al plan de vacunación en México y despejar dudas.

¿Hoy cuál es la vacuna que está provocando el mayor número de reacciones secundarias? Para nadie es un secreto que nuestro sistema de salud está rebasado, pero la falta de transparencia no ayuda a romper con el escepticismo y la farmacovigilancia está en pañales.

Las dudas son el alimento de los movimientos antivacunas, pero esto también puede pegarle a otras vacunas. La confianza está bajo amenaza. Y eso es muy preocupante.

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- El Instituto de Biotecnología es el más grande de la investigación científica de la UNAM y cuenta con 105 investigadores desplegados en diferentes líneas de combate contra el COVID-19. Recientemente, su Laboratorio Nacional de Producción y Análisis de Moléculas y Medicamentos Biotecnológicos, junto con los institutos de las Facultades de Química y Veterinaria también de la UNAM recibieron la autorización por parte de la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI, por sus siglas en inglés) para ofrecer servicios analíticos y evaluar la calidad de las vacunas que están siendo desarrolladas en el mundo. Para ubicar frente a qué estamos, solo 8 laboratorios en Canadá, EU, Reino Unido, Holanda, Italia, India, Bangladesh, habían recibido la autorización de la CEPI. Ahora, México ofrece el primer laboratorio de este calibre en América Latina, que pronto recibirá muestras de laboratorios interesados en desarrollar vacunas.

- Esta semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador recibirá la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca y ello desatará reacciones de todo tipo. Los efectos de esta vacuna han sido asociados con trombos. Por otro lado, la comunidad científica sostiene que esta misma vacuna rompió el esquema del mercado de las vacunas, pues AstraZeneca transfirió su tecnología a otros productores del mundo para así producir la vacuna más barata y más disponible en el mundo. Varios científicos la describen como la game changer. ¿Qué hay detrás de este caso? ¿Una guerra comercial de vacunas?

Nota del editor: Jonathán Torres es periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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