2020 y 2016 han sido los años más cálidos de la historia reciente
Al parecer, el mundo ha entendido que tomamos muchos recursos de la naturaleza para su transformación, pero desperdiciamos mucha de ella.
El dinero, después de la recuperación -que podría suceder a partir del 2022-, se tendrá una vez que la mayoría de la población esté vacunada, y que existan protocolos para contener al COVID-19.
Veremos a las naciones que entendieron en este periodo de aprendizaje que la financiación pública por sí sola no será suficiente para hacer frente a los desafíos que plantea el cambio climático, para lo cual deberá existir una armonía para que los recursos fluyan a los países, que indiquen un compromiso de reducción, y tener un mix energético acorde a las necesidades del planeta.
Las nuevas reglas que surgirán para poder financiar un proyecto estarán fundamentadas en:
- Mejorar la información sobre los riesgos y oportunidades relacionados con el clima.
- Identificar inversiones alineadas con el clima.
- Gestionar los riesgos financieros relacionados con el clima.
- Alinear carteras y estrategias con los objetivos climáticos.
El mundo quiere estar en 2050 con cero emisiones de carbón y apegado a los anteriores puntos.
¿Realmente estamos entendiendo este concepto? ¿Imaginas dejar de utilizar los hidrocarburos para la refinación, petroquímica, electricidad o cualquier forma que pueda ser utilizado de forma tajante? En esta industria todos los procesos requieren intercambios termodinámicos, reacciones químicas y calor para poder obtener productos que puedan ser utilizados en cada actividad del ser humano.
Para que la industria continúe, aquí surge el nuevo modelo de negocio y concepto, el cual deberá ser “invertir en tecnología que ayuden a que no emanen contaminantes o calor a la atmosfera por medio del negocio de la captura”.
Un ejemplo inmediato en la industria de hidrocarburos en la cumbre climática, en la que Estados Unidos, Canadá, Noruega, Qatar y Arabia Saudita representan 40% de la producción mundial de petróleo y gas, los países establecieron un foro cooperativo que creará estrategias como:
- Reducción del metano,
- Economía circular del carbono,
- Desarrollo y despliegue de tecnologías de energía limpia,
- Captura y almacenamiento de carbono y
- Diversificación de la dependencia de los ingresos de hidrocarburos.
El mundo cambiará no por una necesidad racional de supervivencia, sino por una adaptación económica ligada a tener un diferenciador entre los países bajo la diplomacia climática, en la que Estados Unidos prometió en la cumbre liderar una revolución de energía limpia, y los países que tomen medidas decisivas ahora cosecharán los beneficios económicos del futuro.
Cada país indicó que invertirá en capturar un porcentaje de reducción y exigirá, por medio de políticas públicas, que se lleve a cabo en su industria, comercio, hogares y transporte.
¿México quedó fuera del nuevo negocio?
Nota del editor: Ramses Pech es analista de la industria de energía y economía. Es socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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