La IA está hoy en el centro de la escena. Incluso recientemente el Senado de nuestro vecino país Estados Unidos promovió uno de los proyectos que autoriza 120,000 millones de dólares en financiación para una agencia gubernamental, la “Fundación Nacional de la Ciencia" con el fin de que investigue en áreas claves, entre ellas la Inteligencia Artificial y la ciencia cuántica.
En este sentido tal proyecto, que suponen “pasará a la historia como una de las cosas más importantes que ha hecho la Cámara en mucho tiempo” -según palabras del líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer-, incluye a la IA en sus líneas -además de cuestiones de desarrollo de 5G, impulsar la producción nacional de componentes industriales, entre otras-.
En la educación entonces no hay que restarle importancia a la Inteligencia Artificial. Por el contrario, se la debe conocer y trabajar en conjunto con los Directivos de Centros de enseñanza en su potencial como herramienta beneficiadora y aceleradora del proceso de consecución de los objetivos globales de educación.
En este sentido, la IA permite la reducción de las dificultades de acceso al aprendizaje, la automatización de los procesos de gestión y la optimización de los métodos aplicados para mejorar los resultados en el aprendizaje.
¿Pero cómo concretamente la IA ayudaría en materia de educación? Es aquí donde me gustaría mencionar algunos ejemplos concretos. Por un lado, la IA favorece el desarrollo de las habilidades de cada estudiante: las escuelas cuentan con un gran caudal de información acerca de sus alumnos, que puede ser aprovechada para crear planes de estudio acordes a cada uno de ellos, es decir, para implementar el aprendizaje a medida según las aptitudes. Además, mejora la eficacia del sistema educativo.
La información que disponen las instituciones sobre cada alumno permite evaluar su desempeño. En ese sentido, otorga la posibilidad de detectar problemas en el estudio, predecir trabas y actuar a tiempo para brindar la ayuda necesaria a cada estudiante.
Por otra parte, la IA reduce los tiempos de respuesta administrativa dado que, a través de la IA, es posible agilizar los procesos burocráticos de los establecimientos educativos. Particularmente, las tecnologías cognitivas, como por ejemplo los chatbots, pueden coordinar reuniones o hacer trámites de forma veloz.