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O nos montamos en la ola del cambio o acabaremos debajo de ella

¿Qué beneficios trae consigo la implementación de nuevos hábitos y prácticas en las empresas y cómo debemos gestionarlos de manera efectiva?, cuestiona Rogelio Salcedo.
mié 04 agosto 2021 12:08 AM

(Expansión) - Mantenerse a flote en un entorno global que cambia constantemente no es tarea fácil, significa siempre estar en movimiento, siempre buscar el cambio, la innovación. Esto involucra una serie de obstáculos que tenemos que sortear, pero que al mismo tiempo nos otorga un sinfín de oportunidades para encontrar nuevas maneras de trabajar para un futuro nuevo.

Y aquí abro la pregunta ¿qué beneficios trae consigo la implementación de nuevos hábitos y prácticas en las empresas y cómo debemos gestionarlos de manera efectiva?

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La evolución está en nuestra naturaleza, la mejora, la transformación, la búsqueda continua de nuestra mejor versión. Darwin hablaba de que no es el más fuerte ni la más inteligente de las especies la que sobrevive, sino la que mejor se adapta. Y ya que este es lo único constante, debemos saber no solo convivir con él, sino hacerlo parte integral de nuestra misión empresarial.

En este sentido, la gestión del cambio busca facilitar y lograr la implementación exitosa de los procesos de conversión de las organizaciones que ayuden a los colaboradores a adaptarse al mismo, asimilarlo y apoyarlo. Una de las claves para gestionar esta situación tan compleja, radica en identificar los riesgos y oportunidades de manera temprana para, de esta manera, establecer iniciativas reales, concretas e innovadoras de la forma más ágil que se pueda.

Aunque muchas empresas comprenden la importancia de cambiar, el proceso de hacerlo no siempre es fácil. Antes de la pandemia, era poco frecuente que las organizaciones revisaran sus estrategias de renovación, a menos que se vieran obligadas por un acontecimiento fuera de norma o de su entorno.

Igualmente, la transformación cultural y organizacional siempre se ha topado con elementos retardantes como la desorganización del tiempo, donde se suele dedicar grandes lapsos a los análisis, reportes, casos de negocio, etc.; pero muy poco a implicar a las personas en estas ideas, por lo cual nunca bajan al nivel de ejecución.

Otro elemento básico que detiene el desarrollo de un negocio es la resistencia al cambio, esto sucede por la inseguridad e incertidumbre que naturalmente estos generan, pero también porque existen muchos líderes que les resulta complicado comunicar, empatizar y trabajar en equipo. Finalmente, la falta de método tiene un impacto muy alto y se manifiesta en equipos de trabajo inquietos, ansiosos y bajos de productividad, que irremediablemente trae también bajos resultados.

Por ello, siempre es importante hacerle saber a la organización, desde la alta gerencia hasta el personal de contacto con el producto o el cliente, las ventajas que podemos obtener de modificar el rumbo con miras hacia el futuro, entendiendo que el mundo avanza, los mercados se modifican, los consumidores evolucionan y las tecnologías progresan, y que aquellos que logran hacer del cambio una capacidad, podrán adaparse infinitamente a las turbulencias de ahora y del futuro.

Asimismo, debemos entender que las crisis nos obligan a ello, en esta coyuntura ha sido la pandemia del COVID-19, pero dificultades habrá siempre en el camino y todas impactan, de alguna u otra manera, en nuestros colaboradores, que son el principal activo de las organizaciones.

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El área de Recursos Humanos sigue cambiando a raíz de la pandemia

En este sentido, se vuelve fundamental que toda la compañía abrace la transición y se haga parte de ello, y no hay otra forma que hacerlo de manera ágil y sencilla, mostrándoles todos los beneficios de la transformación organizacional que podemos enlistar de la siguiente manera:

- Transforma continuamente la cultura organizacional y la confianza en la empresa: porque siempre podemos mejorar cómo hacemos las cosas y cómo nos comportamos hacia la gente y el cliente. Abrazar y aspirar a una mejor versión cada vez es algo que genera un vínculo increíble entre las personas y la organización.

- Reduce las resistencias: Peter Senge nos recuerda que la gente no se resiste a cambio, sino a ser cambiada. Transitar este ciclo acompañando a nuestro personal lo hace más fácil y efectivo. La comunicación sistémica y con propósito, es un componente fundamental de la transformación cultural, facilita la comprensión de los objetivos y los motivos de evolución para las personas.

- Convierte los problemas en oportunidades: permite transformar las situaciones difíciles en oportunidades para el crecimiento de la empresa. ¿Cuáles son esas fortalezas que solo tu firma tiene? ¿Qué correcciones en tus capacidades te permitirá competir de mejor manera en el mercado? Las organizaciones que cambian antes que las demás y lo hacen de menera efectiva tendrán una ventaja competitiva siempre.

- Impacta positivamente sobre los clientes: la mejora en los procesos empresariales y los equipos de trabajo también se verá reflejada en la atención al cliente y, por lo tanto, en el aumento de ventas de productos y servicios y la retención de clientes. La sobrevivencia empresarial no es una casualidad, es la consecuencia de un trabajo disciplinado, con propósito y con una vocación a la innovación constante.

El cambio y la transformación planeada no ocurre por casualidad. Requiere un propósito y una voluntad clara. Es un camino que una vez recorrido, se hace cada vez más fácil, como el músculo que se ejercita una y cada vez. Aspiremos a ser mejores cada día y evitar quedar debajo de la ola maravillosa del progreso.

Nota del editor: Rogelio Salcedo es Socio director de Olivia México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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