El asueto del 16 de septiembre (por la Independencia), es por sí mismo una importante temporada de ventas para el comercio al detalle en México. Un ejemplo es el impulso en las ventas de bebidas alcohólicas (principalmente de tequila) y mezcladores que alcanzan sus niveles más altos del año en esta temporada.
Además, se inicia la búsqueda sin cuartel entre muchos mexicanos para probar el mejor chile en nogada; platillo típico cuya historia no es clara, pero tiene un fuerte vínculo con las fiestas patrias, pues se cree que fueron las madres Agustinas del Convento de Santa Mónica, en Puebla, quienes en 1821 crearon los chiles en nogada con motivo de celebración de la Independencia de México y homenaje a Agustín de Iturbide, primer emperador de México.
Irónicamente, las fiestas patrias en sus inicios no tuvieron un rol relevante en la unificación del México del siglo XIX pues, tras la independencia, no había una idea clara de nación, y sería Maximiliano de Habsburgo el primero en celebrar la independencia en Dolores, Hidalgo, y quien dotaría al aniversario de una aura lúdica y social.
Ahora bien, la verdadera celebración patria nace de la mano de Porfirio Diaz y el centenario de la nación quien, dado los grandes antagonismos políticos y las desigualdades sociales de la época, encontró en el festejo del centenario una herramienta de cohesión social poderosa.
De estas historias nace el espíritu nacional mexicano y los códigos que nos moldean y que hoy permea en muchos ámbitos de nuestra sociedad a través de distintos símbolos, como la bandera y los héroes patrios; pero también en un sentido de mexicanidad que encontramos en muchos otros elementos cotidianos, como la comida, nuestras tradiciones y, por supuesto, en el folclor del mexicano que es ingenioso, echado pa’lante, y de buen corazón.
Ser mexicano es algo especial, va más allá del lugar de origen; tiene un significado profundo y de un altísimo valor que bien entendido puede ser el motor para la unión y el desarrollo de México. 9 de cada 10 mexicanos se sienten orgullos de serlo.
Las fiestas patrias impulsan el consumo de categorías específicas de producto, dentro de las cuales destaca la compra de refrescos, botanas y bebidas alcohólicas. Además, adornos para decorar y dulces, así como chocolates, conforman elementos claves del festejo. También el canal de comida a domicilio se torna muy importante, pues se estima que más del 15% de los hogares compre por este medio.
Conectar con el consumidor a través del arraigo y de los elementos o códigos que construyen el nacionalismo del mexicano es una clara oportunidad para el desarrollo de marca.