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La prosperidad es de quien la trabaja

Seguiremos vendiendo sueldos bajos como competitividad, cuando la verdadera riqueza de nuestro país se encuentra en el talento de las personas, opina Alejandrina Barajas.
mar 07 septiembre 2021 12:09 AM

(Expansión) - Cuando reflexionamos el tema del desarrollo económico de los países siempre surgen dos comparaciones con respecto a México: la de Corea del Sur y la de China. Como siempre, las comparaciones son terribles y más cuando se comprueba que a pesar de los discursos, México sigue sin detonar todo su potencial.

En la década de los 80´s el PIB per cápita (dólares a precios constantes del 2010) de México era de 8,017 dólares, mientras que el de Corea del Sur era de 3,679 dólares. En esa década Corea del Sur anhelaba ese nivel de ingreso. En el 2000, el PIB per cápita de México era de 9,254 dólares, el de Corea era de 15,414 dólares; es decir, en 20 años Corea del Sur, partiendo con desventaja, logró casi duplicar el ingreso que México reportaba. Primera comparación odiosa.

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Siguiendo en la década de los 2000´s, en 2001 China ingresaba a la Organización Mundial del Comercio (OMC), haciendo oficial su incorporación al comercio internacional. Durante esa década China compitió fuertemente con México por la atracción de industrias que buscaban localizarse en países con mano de obra barata.

En ese tiempo, China logró quitarle estas inversiones a nuestro país, a pesar de que México contaba desde 1965 con experiencia en la atracción de la industria de exportación y un tratado de libre comercio con Estados Unidos. Hoy, en promedio, los salarios de los trabajadores chinos son 35% más caros que el de los mexicanos. Segunda comparación odiosa.

Ambas comparaciones tienen un mismo trasfondo y una lección que, al parecer, México no quiere aprender: tanto las economías sudcoreana y china partieron con desventaja con respecto a la mexicana, sin embargo, ambos países entendieron lo que el nuestro al parecer todavía no entiende: la prosperidad es de quien la trabaja.

Con esta afirmación, estimado lector, tú podrías contradecirme y señalar que Corea del Sur contó con el apoyo estadounidense para desarrollarse; que en China no tienen libertades y que el gobierno está fuertemente involucrado en la economía. Podríamos discutir todas esas variables, pero no se puede negar la decisión firme de estos países y su trabajo y sacrificio para salir de la pobreza.

En el pasado, estos países envidiaban a México; hoy nosotros vemos cómo sus sociedades disfrutan la prosperidad como resultado de un esfuerzo continuo de sus gobiernos, trabajadores y empresarios para transformar un país pobre en uno rico. Lo mismo, no podemos decir de México, porque ya sea por nuestra clase política, empresarial y/o falta de liderazgo de la ciudadanía, nuestro país sigue sin hacer el esfuerzo; seguimos haciéndonos como que nos interesa eliminar la pobreza.

No ha habido economista estadounidense que se cuestione por qué México sigue sin dejar de ser un país pobre. Posiblemente es uno de los países que tiene muchas variables resueltas para dar ese salto: un tamaño de mercado interno interesante, una vasta frontera con la todavía primera potencia económica, un tratado comercial que le permite el acceso al mercado estadounidense y una posición geográfica privilegiada. Pareciera que México se esfuerza por seguir siendo pobre.

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El PIB de China crece en 2020 a pesar de la pandemia de coronavirus

Tal vez, hoy algunos celebren que China sea más caro que México, y que esto aumente el atractivo del país para la inversión extranjera. Desafortunadamente, esto solo será un paliativo, porque seguiremos vendiendo sueldos bajos como competitividad, cuando la verdadera riqueza de nuestro país se encuentra en el talento de las personas. Ese que nos negamos a detonar al seguir aceptando el mediocre sistema educativo y de salud que tenemos.

Por eso aseguro: la prosperidad es para quien la trabaja. La duda que me queda es: ¿hasta cuándo seguiremos aceptando seguir siendo pobres? ¿Tiraremos otros 20 años y viviremos otra odiosa comparación?

Nota del editor: Alejandrina Barajas Ramos es investigadora del Centro de Investigación Económica del Noroeste (CIEN) en CETYS Universidad. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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