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La industria de la moda pre y post COVID

La pandemia aceleró favorablemente la transición al canal digital, en el que invirtió fuertemente para el desarrollo de páginas web y aplicaciones, apunta Alejandra Vargas.
mié 06 octubre 2021 11:58 PM
marketing digital
Comprar en la web es muy práctico. Hoy en día se encuentra una gran variedad de productos y es más fácil comparar precios, calidad y modelos, señala Alejandra Vargas.

(Expansión) - Como señala la frase, la industria de la moda, además de ser fascinante y sorprendernos cada temporada con diseños y colores deslumbrantes, está en constante movimiento; y no sólo me refiero al diseño, sino que a nivel de procesos, manufactura y finanzas, debe innovar y renovarse lo suficientemente a menudo, de tal forma que puedan estar a la altura de las necesidades de sus consumidores.

Hoy, la crisis del COVID- 19 está siendo un parteaguas para la industria, pero lo interesante es ver cómo ha reaccionado frente a la pandemia y a nivel financiero qué impactos podría tener.

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Sólo en México, previo a la pandemia, la industria generaba ventas de alrededor de 28,900 millones de dólares y mantenía un crecimiento de 3.6% año contra año, aunque la demanda venía fuerte, el escenario a nivel manufactura se estaba desacelerando.

Con la llegada del COVID-19 la industria tuvo que reaccionar a una velocidad impresionante ya que, derivado de los confinamientos y restricciones, sus centros de ventas se vieron en la necesidad de cerrar temporalmente por lo que, según la Cámara Nacional de la Industria del Vestido y la Cámara Nacional de la Industria Textil, en 2020 las ventas cayeron 95%. La situación para la industria se complicó de tal forma que tuvieron que adaptarse a la nueva normalidad y buscar nuevos canales de ventas.

La pandemia aceleró favorablemente la transición al canal digital, en el que invirtió fuertemente para el desarrollo de páginas web y aplicaciones, así como para una distribución eficiente en el caso de algunas tiendas departamentales.

Indiscutiblemente, la inversión debió ser considerable, ya que no sólo se trató del desarrollo tecnológico, sino que debió incluir la capacitación del personal, creación de un equipo exclusivo para el canal, además de la optimización de costos de distribución, entre otros, y esto es un gran paso para la industria.

Una encuesta sobre nuevos hábitos de consumo realizada por la consultoría Mckinsey & Company, señala que en nueve de los 13 países donde aplicaron el cuestionario, al menos dos tercios de los consumidores han probado nuevas formas de compra y el 65% tiene la intención de seguir comprando en línea y es que, sinceramente, comprar en la web es muy práctico. Hoy en día se encuentra una gran variedad de productos y es más fácil comparar precios, calidad y modelos.

En términos financieros puede que de primera instancia la inversión para el desarrollo de un nuevo canal de ventas haya sido fuerte, sin embargo, a largo plazo traerá muchos beneficios y ahorros para las empresas, principalmente a aquellas que solían pagar fuertes cantidades en arrendamiento de establecimientos.

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Por otro lado, estamos observando el efecto “gasto desquite”, que se refiere a la liberación de la demanda reprimida, es decir que los consumidores están saliendo a comprar a los puntos de venta tradicionales desde que las medidas de confinamiento se relajaron, y es muy probable que este efecto continúe el siguiente año.

Como consumidora, agradezco a aquellas marcas que trasladaron la experiencia y esencia que ofrecen en tienda a su página web, ya que eso hace más llamativo el recorrido en línea y te invita a consumir más, lo anterior no le convino tanto a mi cartera, ya que tuve la falsa idea de que al no poder ir a mis tiendas favoritas limitaría mis ganas de comprar; sin embargo pasó todo lo contrario, al estar en casa sin poder salir y a un clic de mis productos consentidos, más de una vez caí en la tentación.

Sin lugar a duda, la industria realizó una excelente labor en este tiempo de incertidumbre, la velocidad con la que se adaptaron al nuevo entorno no solo trajo nuevas tiendas en línea sino también consumidores más exigentes, ya que hoy en día no solo les preocupa el precio, calidad y temporada del producto, sino que cada vez más buscan productos que sean amigables con el ambiente, respeten comunidades, creen economías circulares, entre otros aspectos.

A pesar de que la industria aún tiene un largo camino por recorrer, debemos reconocer que, no obstante la crisis sanitaria, el sector ha salido a flote, aunque todavía no pueden dar por ganada la batalla, ya que las nuevas restricciones podrían seguir retando su capacidad de adaptación y la efectividad de sus estrategias.

Nota del editor: Alejandra Vargas es analista bursátil en Grupo Financiero BX+, financiera y un poco contadora, practica patinaje sobre hielo, yoga y le gusta leer libros de varios temas. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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