El crecimiento acelerado del e-commerce de los últimos dos años fue incentivo suficiente para que la tecnología y la innovación llegasen a los rings de defraudadores. Analizando los intentos de fraude cometidos este año, hay dos tendencias que sin duda estarán presentes en 2022: el reclutamiento de ‘mulas’ a través de tácticas de ingeniería social y la creación de nuevas granjas de bots.
El uso de ‘mulas’ o terceros para cometer fraude no es nuevo, pero sí lo es la forma en la que los grupos de defraudadores contactan a las personas. Los criminales han mejorado su tácticas de ingeniería social para engañar a sus “socios comerciales”, llegando al extremo de crear empresas de logística falsas donde reclutan a personas que quieren trabajar desde casa, tendencia que ha cobrado relevancia en la pandemia, en donde se les pide que realicen compras en línea o enviando productos de un destino a otro.
Hasta hace algunos años, las tácticas por medios de ‘mulas’ solían tomar meses o hasta años en las que los criminales creaban un lazo emocional con las víctimas para convencerlas de comprar y mover productos de una región a otra en su nombre. Pero con el home office, las transferencias de dinero en línea y las redes sociales, todo es mucho más veloz y eso incluye este tipo de tácticas fraudulentas. Ahora, el reclutamiento, el trabajo y la paga se llevan a cabo en algunas semanas.
Estas "oportunidades" de trabajo, que podrían meter a los participantes en un gran problema, se comparten a través de las redes sociales, el correo electrónico o la mensajería instantánea, es decir, mediante ingeniería social, e incluso hay sitios web de apariencia legítima con la información de las empresas. Ahora, en lugar de ser contactado por un príncipe de un país lejano pidiendo dinero para rescatarlo u obtener una oferta escandalosa que resulta ser phishing, la gente está tentada a trabajar en una empresa falsa que promete la oportunidad de ganar dinero "fácil " y rápido".
Ahora bien, hablemos de la segunda tendencia que podría quitarle el sueño a los equipos antifraude. Los avances en la tecnología también aceleraron el uso de bots por parte de las redes de defraudadores. Las organizaciones criminales los utilizan para probar a gran velocidad miles de cuentas de crédito robadas o clonadas, realizar pedidos en rápida sucesión y dejar en blanco el inventario de productos populares para venderlos a precios muchísimo más altos. Solo en 2020, hubo un un aumento del 146% (Signifyd) en los ataques de bots.