Todas las empresas de entretenimiento se han visto forzadas a conectar con estos modelos negocio que han transformado 100% a la industria. Ahora bien, durante los últimos 15 meses hemos visto un crecimiento exponencial en los jugadores en el mercado de suscripciones en México dentro de todas las categorías incluyendo el audio-entretenimiento en donde el boom de los podcasts y los audiolibros ha sido incuestionable.
Sin embargo, estoy convencido de que este éxito inesperado también ha traído retos nuevos y que lo que considerábamos como el mix de negocio ideal hace apenas dos años hoy ha dejado de funcionar. Pongo dos retos como ejemplos:
1. ¿Qué hacer cuando el número de títulos dentro de un catálogo o la posibilidad de acceso en cualquier momento ya no son diferenciadores y elementos de atracción suficientemente fuertes para generar un nuevo suscriptor?
2. ¿Cómo vender nuestra plataforma cuando el consumidor, después de meses de trabajar de manera remota y pasar frente a pantallas la mayor parte de su idea está sufriendo lo que he llegado a definir como fatiga digital?
En mi opinión, el contenido se convierte entonces en la pieza estratégica dentro del mix; incluso para creadores y productores, el contenido hoy debería ser un negocio orientado principalmente a las plataformas de streaming a diferencia de lo que ocurrió por décadas, cuando había sido orientado a los canales de televisión o las salas de cine.
Hoy el éxito económico está basado en el número de suscriptores y en el tiempo de consumo directo de nuestro contenido dentro de cada plataforma y no a la monetización que deviene de la venta directa, lo que obliga a cualquier empresa que quiera ser exitosa dentro de las plataformas de streaming a contar con contenido relevante y exclusivo, que permita al usuario local conectar y disfrutar de una experiencia única.