Una de las empresas pioneras en este tipo de servicio fue Netflix, que en 2007 lanzó su servicio de streaming, es decir, comenzó a transmitir su contenido disponible a sus suscritores por vía de esta tecnología. Para el 2013, Netflix produjo su primera serie que se estrenaría en la misma plataforma, comenzando un nuevo segmento de producciones propias y por lo que comentan que “puedes elegir entre una amplia variedad de documentales, películas, series, contenido original de Netflix galardonado y mucho más”.
Hace algunas semanas Netflix presentó sus resultados para el primer trimestre del 2022 y anunció una caída de 200,000 suscripciones. Esto impactó el precio de la acción con una caída alrededor del 35%, acumulando así una baja de aproximadamente un 73% del precio máximo que alcanzó la acción desde el 2021 (69% en lo que va del 2022).
Este ajuste representó 227,080 millones de dólares en el valor de capitalización de la empresa de su máximo en noviembre del 2021 a finales de mayo del 22.
Por otra parte, a finales del 2019, Disney lanzaba su plataforma de streaming Disney + en Estados Unidos, la cual contenía aparte de todo lo producido por Disney años anteriores, contenido de otras empresas productoras que había adquirido durante toda su historia y de esta forma ha ampliado su catálogo de oferta.
Asimismo, y a diferencia a Netflix, Disney+ reportó para el mismo periodo evaluado, 129.8 millones de suscriciones, lo que significa un incremento del casi el 10% de estas mismas con respecto al trimestre anterior.
Actualmente podemos afirmar que se está presentando una lenta transición de “bajar” de las pantallas de los cines a las pantallas de las salas de las casas de los suscritores los estrenos del contenido propio de cada plataforma, algo que aún no convence totalmente, ya que hace algunos meses no fue bien visto por la actriz Scarlett Johansson que la película “Black Widow” fuera ofrecida en simultáneo en las salas de cine y en la plataforma de Disney; se pensó que causaría una menor recaudación de ingresos en las salas de cines, impactando los ingresos establecidos en el contrato de la actriz.