El mercado mexicano es uno de los más activos en la región y se espera que continúe consolidándose en los próximos años. Cada día nacen nuevos creadores de contenido que crean sus canales como una forma para comunicarse y divertirse, pero no de carácter profesional. Sin embargo, es cada vez más notorio cómo crece el grupo que lo adoptaron como su principal fuente de ingresos y lo manejan como lo que realmente es: una profesión.
Su gran promotor ha sido la Industria MarTech y el crecimiento en el acceso de internet en la población, lo que ha permitido que diferentes audiencias se sumen a las redes sociales y plataformas. Un ejemplo de esto es la red social Tik Tok, que empezó como una aplicación dirigida a los centennials y aunque sigue siendo el segmento más grande, los millennials van aumentando progresivamente su consumo.
Esto amplió las oportunidades para comunicarse con sus audiencias por parte de la industria y que ahora son aprovechadas por las marcas, junto con los creadores de contenido.
Sin embargo, aún prevalece el desconocimiento de ciertos factores por parte de los nuevos talentos cuando se acercan a las marcas para ofrecer sus contenidos. Muchos de estos temas van desde asuntos fiscales hasta los lineamientos corporativos de las compañías. Es en este punto en el que la profesionalización del Influencer toma relevancia para el todo: el ecosistema del Marketing Digital, ya que de esta manera se busca resolver las inquietudes, capacitarlos en los procesos de rápido aprendizaje y avanzar en los parámetros necesarios para su práctica presente y futura.
Una industria que se profesionaliza
Es indispensable involucrar en el proceso a quienes tienen una larga trayectoria en el mercado y son influencers experimentados, pues han trabajado con grandes marcas y llevado esta relación a otro nivel, gracias a su forma de trabajar y a los resultados positivos que han obtenido; de la mano lleva crear y consumir contenido de calidad.
Dentro del proceso de profesionalización se debe incluir el aprendizaje de cómo trabajar con las marcas, entender su ritmo, lenguaje y público objetivo, con el fin de potenciar sus actividades y crear contenido de valor para estas audiencias. Además, se requiere un constante proceso de actualización para estar al tanto de tendencias, herramientas tecnológicas y aprovechamiento de nuevos formatos disponibles en cada red.