Durante la actual administración, la Junta de Gobierno del Banco Central ha sido renovada casi en su totalidad, con los nombramientos de Victoria Rodríguez Ceja, Galia Borja, Jonathan Heath y Gerardo Esquivel, quien llegó a la Junta de Gobierno en 2019, supliendo a Roberto del Cueto Legaspi, retirado del cargo por motivos de salud.
Así, con los ajustes, el ‘sospechosismo’ en torno del interés presidencial de influir en las decisiones de Banxico se ha hecho presente, dada la poca (o nula) experiencia en política monetaria de sus integrantes. Pero, con sus posturas, han preservado la autonomía del Banco Central.
Quienes siguen de cerca la vida al interior de Banxico sostienen que los nombramientos sí han puesto a prueba la institucionalidad, pero finalmente la Junta de Gobierno ha sido acompañada por un staff sólido, por los equipos que se han formado en el Banco Central y que han sacado la casta. Es decir, si bien no son necesariamente los perfiles ideales, los integrantes de la Junta de Gobierno han tenido la sabiduría de escuchar el consejo del staff, que finalmente es el especializado en política monetaria.
Ahora, los reflectores están puestos en el futuro de Gerardo Esquivel, quien está a la espera de saber si se mantiene como subgobernador de Banxico. Sin embargo, todo apunta a que tiene sus días contados en ese puesto. De acuerdo con fuentes cercanas a esta historia, después de sostener una buena relación, el presidente no le perdona no respaldarlo en las políticas de austeridad al interior del Banco Central y, hoy, lo llama “ultratecnócrata”.
Gerardo Esquivel, en 2018, fungió como asesor en materia económica de Andrés Manuel López Obrador. En algún momento se pensó que sería parte del equipo de Carlos Manuel Urzúa, el primer secretario de Hacienda de la autollamada cuarta transformación.
Fue hasta su llegada a la Junta de Gobierno del Banco de México que su relación con el presidente empezó a deteriorarse. A través de su cuenta de Twitter hizo públicas sus diferencias. En diciembre de 2020, tronó contra el proyecto de decreto por el que se pretendía reformar la Ley del Banco de México y modificar la captación de moneda extranjera en efectivo.
“Lamentable que se hayan aprobado en el Senado reformas a la Ley del Banco de México que ponen en riesgo a las reservas internacionales y que atentan contra la autonomía del Banco de México. Espero que en la Cámara de Diputados se corrija esta situación”, publicó el reconocido economista.
Por este y otros diferendos, Andrés Manuel López Obrador no requerirá del Senado de la República para ratificar a Gerardo Esquivel. Su suerte está echada y la lista con los nombres que podrían ocupar su asiento hoy está sobre el escritorio de Rogelio Ramírez de la O.
Durante su desempeño como subgobernador de Banxico, Gerardo Esquivel ha fundamentado sus disensos con independencia, pero no puede escapar a su Waterloo: llegó al cargo por sus simpatías con el presidente y se va por las antipatías del presidente.
Lamentable. A final de cuentas, el disenso no es malo, al contrario, responde incluso a una actitud institucional dada la independencia que en todo momento deben mantener los miembros de Banxico frente al Poder Ejecutivo.