Entre esos fundamentales destacan la prudencia fiscal, que se ha conservado hasta 2022 y la autonomía del Banco de México, en donde la Junta de Gobierno ha realizado claros esfuerzos por procurar el anclaje de las expectativas de inflación y el funcionamiento ordenado del sistema financiero. El país está en una situación favorable desde el enfoque de la balanza de pagos, con elevados flujos de divisas hacia el país por concepto de exportaciones, inversión extranjera directa, remesas e inversión de cartera.
Dentro de este balance efectivo, los flujos de inversión fija bruta siguen ubicándose 11.5% por debajo de los niveles máximos registrados hace cinco años y también hay retos para el crecimiento económico, pues el PIB apenas está regresando a niveles pre pandemia, pero todavía hay un rezago de 0.4% con respecto a niveles máximos en el tercer trimestre de 2018 y el crecimiento esperado de 3.1% para 2022 está impulsado por revisiones a la baja en el crecimiento del 2021. Para 2023 el Banco de México proyecta una marcada desaceleración económica, con un crecimiento anual de 1.8%.
El principal motor del crecimiento económico de México han sido las exportaciones, las cuales el 80% son enviadas a Estados Unidos, por lo que el principal riesgo de una recesión en México es que se materialice una recesión en ese país. Hay que recordar que en un esfuerzo por controlar la inflación, la Reserva Federal ha subido la tasa de interés de forma agresiva y se proyecta que alcance un nivel por arriba del 5% en 2023. Los efectos del incremento a la tasa ya se están reflejando en elevados costos de financiamiento del sector hipotecario estadounidense y una caída de las ventas de casas. De acuerdo con un modelo econométrico de BASE, existe una probabilidad de 31% de que la economía de Estados Unidos entre en recesión.
Debido a que las repercusiones de la política monetaria estadounidense sobre el crecimiento económico exceden las fronteras, la atención de todos está puesta en el nivel que podría alcanzar la tasa de interés el siguiente año, pues esto tiene una gran influencia sobre la probabilidad de ocurrencia de una recesión.
A pesar del miedo ocasionado por la desaceleración económica anticipada y el escenario adverso de una recesión moderada, creo que hay suficientes elementos positivos sobre la balanza que favorecen al país y que permitirán sortear un 2023 lleno de retos.