Se ha hablado mucho sobre el peligro de que los robots y la Inteligencia Artificial sustituyan a la fuerza laboral humana. Independientemente de cualquier opinión que se tenga sobre el tema, esto es algo que ya está sucediendo con un ímpetu imparable.
La tendencia evidente es automatizar procesos para hacer más eficiente la generación de valor.
Sin embargo, se habla muy poco sobre dichas automatizaciones reemplazando al mercado y sus compradores.
Analicemos esta situación con la profundidad adecuada. ¿Por qué existe el comercio y para qué quiere vender algo una persona o empresa?
Comencemos por el principio. Los Homo sapiens somos una especie derivada de un proceso de evolución que ha definido características fisiológicas y psicológicas representando ventajas de supervivencia durante más de 4,000 millones de años. Entre muchas de ellas, además de nuestra característica postura, se encuentra un anhelo de poder insondable e insaciable. Sin esa experiencia emocional manifiesta en hambre por procurar aquello que nos admite satisfacer nuestros deseos, seguramente no existiríamos.
Como nota complementaria, históricamente, esa tendencia de comportamiento predefinida genéticamente ha representado un aliado para la prevalencia, pero en el contexto contemporáneo se ha tornado principalmente en nuestra contra.
Esto último explica directamente por qué existe el comercio y para qué quiere vender algo una persona o empresa: para satisfacer su deseo de poder instintivo por medio de servicios y bienes materiales.
Ahora, ¿qué pasaría si eso mismo lo pudiera conseguir alguien sin necesidad de otros humanos? Marcaría el fin del llamado humanismo liberal, donde los políticos y empresarios nos manipulan con anzuelos emocionales para saciar su necesidad de potencia; ya no nos necesitarían.
¿Estamos en ese punto? Aún no, pero los hechos indican que la transición ya comenzó. Por lo tanto, mantener una visión amplia para tomar decisiones inteligentes es crucial.
Entonces, ¿qué podemos hacer para proteger nuestros intereses individuales y colectivos frente a este entorno?
La clave a corto plazo está en comprender mejor los sistemas de retornos de inversión: en síntesis, se trata de destinar esfuerzo y recursos para conseguir el máximo de recursos adicionales y alimentar los mandatos biológicos que experimentamos como deseos. El juego presente se llama competencia de eficiencia.