Para tener contexto, hablamos principalmente de la distancia para un medio maratón (21.097 km), maratón (42.195 km), triatlones de media distancia (1,9 km nadando, 90 km bicicleta y 21.097 km corriendo) y larga distancia (3,8 km nadando, 180 km bicicleta y 42.195 km corriendo), aunque también existen ultra maratones o triatlones más extensos. En este sentido, existen varias razones por las cuales los deportes de media y larga distancia pueden ayudar a formar buenos líderes.
En primer lugar, estas disciplinas requieren que los atletas establezcan metas y trabajen hacia ellas durante un largo periodo. Hace tangible la importancia de la paciencia, la perseverancia y el establecimiento de metas, todas cualidades esenciales para los líderes, en un entorno cada vez más exigente.
En segundo lugar, las competencias de media y larga distancia requieren que las personas trabajen de manera efectiva. Porque necesitan cooperar con entrenadores, compañeros de entrenamiento y personal de apoyo, como nutricionista, fisioterapeuta entre otros profesionales. Esto enseña a los atletas la importancia del trabajo en equipo, el respeto, la humildad, la comunicación y la delegación, todas habilidades importantes para el liderazgo.
En tercer lugar, requieren que los competidores sean mentalmente fuertes. Durante una carrera, los atletas inevitablemente enfrentarán desafíos, como la fatiga, caídas, el dolor y las condiciones climáticas, sin contar ponchaduras de llanta de bicicleta entre otras variables que pueden ocurrir. Sin embargo, si son mentalmente fuertes, podrán superar estos desafíos y terminar la competencia. Esto enseña la importancia de la resiliencia, la determinación y la tenacidad, todas cualidades esenciales para ser buenos líderes.
Además de los beneficios para los líderes individuales, los deportes de media y larga distancia también pueden tener un impacto positivo en las empresas y los equipos. Un estudio de la Universidad de Pennsylvania encontró que las organizaciones con empleados que participaban en deportes de resistencia, por un lado, tenían tasas de rotación más bajas en un 10% y niveles más altos de productividad (15%), y por el otro, eran más propensas a ser innovadoras y exitosas con un aumento del 20% en el desarrollo de nuevos productos.
Estas distancias no solo desarrollan las cualidades necesarias para ser buenos líderes, como la perseverancia, la resiliencia y la determinación, sino que también fomentan habilidades fundamentales para el trabajo en equipo y la comunicación efectiva. Dicho en otras palabras, la participación en competencias de resistencia puede tener un impacto significativo en la productividad y la innovación de las empresas, lo que las posiciona para el éxito a largo plazo.
La práctica de estos deportes no solo fortalecerá el cuerpo y la mente, sino que también cultivará las características esenciales de un buen líder, lo que traerá beneficios tanto a nivel individual como organizacional. Por lo tanto, se puede afirmar que las competencias de media y larga distancia no solo son una forma de mantenerse en forma, sino que también tienen el potencial de moldear líderes destacados y fomentar entornos empresariales exitosos.