Pese a lo polémico que puede parecer el proyecto de Open AI por la preocupación auténtica de poner en riesgo un dato biométrico de identificación única en manos de desconocidos, alrededor de 2,381,737 de personas de 120 ciudades de 30 países han accedido al escaneo de sus iris a cambio de WLDs y una identificación llamada World ID.
Naturalmente, esta idea genera numerosas incertidumbres y ansiedades en lo que respecta a la seguridad y la confidencialidad de los datos biométricos. Sobre todo porque hasta el momento no se ha aclarado por completo cómo se gestionará y empleará esta información, ni cuáles son los peligros reales que los usuarios podrían enfrentar.
De hecho, varios países con regulaciones estrictas de protección de datos como Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Países Bajos, España, Brasil y Argentina han expresado su preocupación por esta recopilación biométrica. A esta lista se sumó Kenia, que, incluso, ha iniciado una investigación contra Worldcoin, por violar su Ley de Protección de Datos y el Reglamento de Información y Comunicaciones de ese país, al transmitir imágenes del iris a un servidor de terceros fuera de su territorio.
En México, no hubo cuestionamientos durante la operación de las Orbes, el aparato electrónico para capturar las imágenes del iris de alta calidad que estuvieron tanto en la Ciudad de México como en Monterrey, Nuevo León. Y no existen cifras oficiales de cuántas personas participaron en el proyecto, por lo que queda esperar las siguientes fases para descartar que se trate de un sistema de control intrusivo y corroborar que abordará con responsabilidad las preocupaciones legítimas en torno a la privacidad y la seguridad de los datos biométricos.
Si bien la autentificación con biometría es cada vez más común tanto en dispositivos electrónicos y aplicaciones, como en servicios, no debemos subestimar la importancia de saber cuáles datos otorgamos, a quién se los proporcionamos y para qué propósito. Siempre debe existir claridad en los términos y condiciones, en los avisos de privacidad y en las reglas generales del resguardo de datos biométricos.