Ni financiera, ni demográfica ni laboralmente
En un momento donde el trabajo independiente (incluso el informal) destacan por su crecimiento relativo, esta propuesta representa un retroceso, amenazando con sofocar el espíritu emprendedor. Garantizar este tipo de seguridad financiera en la vejez, aunque tentador, entra en conflicto directo con la dinámica actual de nuestro mercado laboral. No todos los económicamente activos son subordinados ni asalariados.
Por otro lado, el compromiso de destinar una mayor proporción del salario actual (sea quien sea quien lo pague) a una futura seguridad financiera abre un debate intertemporal. Pensar que un trabajador necesitará el mismo nivel de ingresos en su jubilación que durante sus años activos ignora la realidad de las responsabilidades financieras cambiantes. Desde una perspectiva sociodemográfica, la propuesta es contraintuitiva.
Mas aún, el impacto sobre la estructura del mercado laboral sería profundo. La promesa de pensiones al 100% del salario final podría saturar el mercado de trabajo asalariado con un exceso de oferta de trabajo, lo que promovería una caída en el nivel de salarios por la ley de oferta y demanda. Esta distorsión contraviene los principios del libre mercado y perjudica la calidad de vida de los trabajadores activos, invalidando los objetivos iniciales de la propuesta.
Además, se habla de la creación de un fondo de 64,000 millones de pesos que iría creciendo con aportaciones. En primer lugar, dicho fondo debería de ser de billones de pesos para ser suficiente. Y en caso de que pudiera existir, la creación de un super fondo para pensiones introduce un incentivo perverso para la corrupción. Un fondo de tal magnitud no debe nunca estar bajo la gestión de los gobiernos de turno, dada la tentación de malversación y la dificultad de garantizar su gestión transparente y eficaz a largo plazo.
Finalmente, la estructura poblacional de México ya muestra signos de un envejecimiento progresivo, indicando que la tasa de reemplazo entre los trabajadores activos y los pensionados será próximamente deficitaria. Esto significa que no habrá suficientes trabajadores nuevos para sustituir a los que se jubilan. Con los desafíos estructurales ya presentes en el sistema de pensiones actual, la idea de implementar una pensión del 100% del salario parece aún más inviable.