Equivocadamente hemos permitido que los mitos alrededor del reporte crediticio crezcan, todos hemos estado en al menos una conversación donde se hable del reporte crediticio como “una lista negra”; o peor aún, de un lugar donde “nunca sales”, o donde “usan tu información para campañas y promociones comerciales”.
Rompamos el mito desde el inicio: TODOS estamos en estas instituciones. Si alguna vez has firmado un contrato de telefonía, usado una tarjeta de crédito o pagado una hipoteca, tu historia está resguardada en esos archivos. Pero lejos de ser una marca negativa, esto debería verse como un paso hacia la madurez financiera.
La revelación del verdadero villano
Y si es que hay un villano en esta historia, no son las Sociedades de Información Crediticia, ni el historial crediticio, sino la falta de educación financiera. En México, aún tenemos mucho camino por recorrer en este tema y hemos dejado que el miedo a lo desconocido y la desinformación sean las premisas que hablen de temas financieros.
Esto es sumamente preocupante, porque hablamos del porvenir y el dinero de las personas, y si algo debe quedar fuera de nuestra gestión financiera es el miedo y la falta de información.
Sin embargo, hay una creciente ola de personas que están dispuestas a derribar estos mitos, a informarse mediante fuentes confiables y a conocer (pero sobre todo entender) los beneficios de los productos y servicios financieros disponibles. Este interés es un paso crucial hacia el empoderamiento financiero, y todo comienza con conocer lo que representa su reporte crediticio.
Roadmap de vida
Es hora de cambiar la narrativa del reporte crediticio y dejar de verlo como un juez implacable, sino más bien un narrador imparcial de nuestra historia financiera. Es un libro abierto que cuenta nuestras decisiones económicas, no un cuento de terror.
Quienes estamos en el mundo financiero, debemos tener claro que cada consulta, cada crédito otorgado, cada interacción con un cliente es una oportunidad para desvanecer miedos, deshacer mitos e informar a nuestros usuarios.
Hay que cuestionarnos: ¿Hemos hecho como sociedad lo suficiente para disipar los mitos que rodean al crédito? ¿Han contribuido las instituciones financieras, tanto la banca tradicional como las fintech, a fomentar una cultura de educación que permita a los consumidores entender y beneficiarse de su reporte crediticio? Si la respuesta es no, el momento de actuar es ahora.