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La “innovabilidad”, un nuevo paradigma en la cultura empresarial

Para que la innovación, entendido como todo cambio que genera valor, se convierta en uno de los pilares del progreso de las organizaciones, debe ser sostenible en el tiempo.
lun 01 julio 2024 06:03 AM
La “innovabilidad”, un nuevo paradigma en la cultura empresarial
La “innovabilidad” es un nuevo paradigma en la cultura empresarial y representa un cambio en la forma tradicional en que concebimos la innovación y la sostenibilidad, apunta Jeannina Valenzuela.

El entorno actual donde nos desenvolvemos personas y organizaciones en general se caracteriza por su cambio permanente. En consecuencia, si hay algo que identifica a los mercados es su evolución constante, ya sea de manera cíclica o espontánea, los mercados se van reconfigurando en el tiempo y van imponiendo a las empresas nuevos desafíos y también nuevas oportunidades.

Frente a esta realidad, toda empresa, sea pequeña, mediana o grande, debe incorporar la cultura de la innovación y de la creatividad constante, como herramientas que generan valor y que ayudan sustancialmente a lograr la aceptación y posicionamiento de los productos o servicios que esta empresa ofrece al mercado.

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Si tenemos en cuenta que la alta competencia es otro rasgo característico de los mercados actuales, la innovación se convierte en un factor clave para que las empresas mantengan vigencia en el tiempo.

No obstante, para que la innovación, entendido como todo cambio que genera valor, se convierta en uno de los pilares del progreso de las organizaciones, debe ser sostenible en el tiempo. En este escenario, cuando buscamos la simbiosis entre la innovación y la sostenibilidad, surge un concepto que trasciende la mera combinación de ambas: la “innovabilidad”, como la convergencia de soluciones nuevas que sean duraderas.

La “innovabilidad” se presenta como un concepto que plantea una revisión de las estrategias empresariales y personales, enfocadas en desarrollar prácticas sostenibles que fomenten la competitividad, tanto interna como externamente en las organizaciones. Para lograrlo necesitamos adaptabilidad, hacer que sea accesible y totalmente alienada a nuestros valores y culturas empresariales.

Cuando hablamos de “innovabilidad”, nos referimos al desarrollo de productos, procesos, servicios, cambios organizacionales, estrategias de marketing y nuevos modelos de negocios, tanto internos como externos a la empresa, que sean permanentes y que traspasen la barrera del mero complimiento para convertirse en un activo, cualquiera que sea el sector donde se desempeñen los negocios.

Pero, ¿qué requisitos o condiciones requiere una empresa para incorporar la “innovabilidad” en su práctica? Según han ensayado algunos teóricos la capacidad de innovación de una organización se sustenta en la teoría de recursos y capacidades, la cual explica que “las organizaciones se adaptan, mantienen y mejoran sus recursos y capacidades en respuesta a las condiciones externas de la empresa”. Este principio es válido en diversos campos, como la industria y el entorno institucional.

Asimismo, sostienen que la capacidad de una empresa está conformada por los recursos que combinados permiten mantener una actividad productiva de forma integral. Estos recursos incluyen talento, velocidad, mentalidad compartida, identidad de marca, responsabilidad, colaboración, aprendizaje, liderazgo, conexión con los clientes, unidad estratégica, eficiencia y capacidad de innovación.

Si una organización cuenta con estos recursos y capacidades, la clave para que alcance la “innovabilidad” está en adoptar un enfoque holístico que promueva la competitividad a través de prácticas sostenibles. Esta perspectiva implica un cambio radical en la cultura empresarial, que va más allá de simplemente integrar la innovación y la sostenibilidad en las operaciones comerciales.

El rasgo más distintivo de la “innovabilidad” es su enfoque en lo que podríamos llamar una estructura unidimensional, que no es otra cosa que un cambio fundamental en la forma en que las personas perciben y actúan en su entorno. Es una transformación de pensamiento progresivo que busca que cada acción beneficie a la organización, a su entorno y al planeta, promoviendo la sostenibilidad en el largo plazo.

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Vale puntualizar que el concepto de “innovabilidad” no se limita al ámbito empresarial, puesto que también tiene implicaciones profundas a nivel individual y social. En el plano personal, implica adoptar un estilo de vida más consciente y sostenible, así como la toma de decisiones y acciones considerando su impacto en nuestra sociedad y medio ambiente. En la esfera social, significa fomentar una cultura que valore la innovación responsable y promueva la colaboración en la búsqueda de soluciones sostenibles para los desafíos globales.

La incorporación de la “innovabilidad” y el consecuente cambio de mentalidad son un desafío para el presente y el devenir de las organizaciones. En esta perspectiva, las empresas del futuro deberían formarse bajo este tipo de competencias, integrando la “innovabilidad” en su manera de pensar y actuar, lo cual no solo garantizará un futuro más sostenible, sino, además, promoverá una sociedad más equitativa y resiliente.

A modo de conclusión, la “innovabilidad” es un nuevo paradigma en la cultura empresarial y representa un cambio en la forma tradicional en que concebimos la innovación y la sostenibilidad. Este concepto trasciende la sola integración de ambas en las estrategias empresariales, e implica una transformación profunda en la mentalidad y las acciones individuales y colectivas.

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Nota del editor: Jeannina Valenzuela es comunicadora, productora y emprendedora. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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