Publicidad
Publicidad

La identidad es la nueva frontera de la ciberseguridad

Las amenazas han cambiado de rostro. Ya no buscan colapsar sistemas: buscan parecer auténticas. El ciberataque más común no fuerza contraseñas, simula ser una persona.
lun 23 junio 2025 06:01 AM
La identidad es la nueva frontera de la ciberseguridad
La mayoría de los fraudes digitales hoy no requieren vulnerar redes. Requieren vulnerar la confianza. Según análisis criminales recientes, el cibercrimen ya rivaliza —e incluso supera en algunos escenarios— al narcotráfico en impacto económico, apunta Ricardo Amper.

En 2024, México se convirtió en el país más atacado digitalmente de América Latina. No es una nota técnica: es una llamada de atención. Con más de 324,000 millones de intentos de ciberataques, según el Global Threat Landscape Report de Fortinet, el mensaje es claro: nuestro sistema financiero está bajo asedio.

Publicidad

La transformación digital ha permitido ampliar servicios, reducir el uso de efectivo y acelerar la inclusión financiera. Pero con cada nueva capa de conveniencia, crece también la superficie de exposición. La capa más vulnerable hoy no es la red, ni la infraestructura. Es la identidad del usuario.

Las amenazas han cambiado de rostro. Ya no buscan colapsar sistemas: buscan parecer auténticas. El ciberataque más común no fuerza contraseñas, simula ser una persona. No es un hacker en una terminal: es alguien con tu nombre, tu cara, tu voz. Y lo más grave es que muchas veces, el sistema le cree.

Un ejemplo reciente lo deja claro: un CEO enfrentó un intento de suplantación en tiempo real. Un impostor, utilizando un deepfake de video y voz, trató de ejecutar una transferencia durante una videollamada haciéndose pasar por él. No lo logró. No porque alguien lo detectó, sino porque la tecnología lo detuvo: un sistema basado en prueba de vida pasiva y señales de riesgo en tiempo real bloqueó la operación antes de que pudiera concretarse.

Este tipo de incidentes ya no pertenecen a la ciencia ficción. Son parte de la operación diaria. Y evidencian algo crucial: el perímetro de seguridad ya no está en el sistema, está en la identidad.

Hoy, la confianza se construye en el primer clic. La verificación de identidad no puede seguir siendo solo un paso de cumplimiento. Debe convertirse en el pilar central de toda estrategia digital. Un sistema que busque impulsar la bancarización, el crédito a las pymes y la interoperabilidad entre servicios, como se planteó en la reciente 88ª Convención Bancaria, necesita empezar por proteger el punto de entrada: el momento en que se reconoce al usuario como legítimo.

Eso implica un cambio en la forma de diseñar la experiencia digital. Identidad verificada no significa fricción. Al contrario: cuando se cuenta con tecnología biométrica pasiva, continua y resistente a fraudes, el usuario no tiene que demostrar quién es una y otra vez. El sistema lo sabe. Eso reduce el fraude, eleva la confianza y mejora la eficiencia operativa.

El ideal al que debemos aspirar es una identidad interoperable, aceptada entre bancos, aerolíneas, hospitales y gobiernos. Pero para que eso funcione, esa identidad debe ser resistente a la manipulación, invulnerable a imitaciones, y confiable a escala.

La mayoría de los fraudes digitales hoy no requieren vulnerar redes. Requieren vulnerar la confianza. Según análisis criminales recientes, el cibercrimen ya rivaliza —e incluso supera en algunos escenarios— al narcotráfico en impacto económico.

No solo por las ganancias, sino por su alcance transnacional, su capacidad de evasión y su sofisticación técnica. Firmas como Kaspersky han advertido esta convergencia. El crimen organizado está migrando al entorno digital porque es más escalable, menos riesgoso y más rentable.

Publicidad

La banca, el comercio, los servicios públicos y privados deben entender esto con claridad: proteger el acceso ya no es suficiente. Hay que proteger la identidad.

La tecnología ya está disponible. Ya está probada. Lo que falta es decisión estratégica. Si queremos un sistema financiero resiliente, confiable y con visión de futuro, debemos blindar la identidad desde su origen. Estamos en un punto de inflexión. Este es el momento para liderar el cambio y construir un nuevo estándar de confianza digital.

Quienes actúen hoy, marcarán la diferencia en la próxima década.

____

Nota del editor: Ricardo Amper es Fundador y CEO de Incode Technologies. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

Publicidad

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad