“Aunque parezca obvio cuando se hace una contratación directa, es importante fijar los términos de la relación. Cuáles son los mensajes y en especial temas y situación que deberán evitarse o en su caso, promoverse. Cuando no sean relaciones directas, sino a través de plataformas, el riesgo crece porque pueden no establecerse reglas claras y saber en específico qué se contrata” precisó el ejecutivo de Kroll.
Uno de los problemas por los que el riesgo se mantiene es que no hay una regulación clara sobre las responsabilidades de cada parte.
“Para prevenir asociaciones y escándalos potenciales, tiene que evaluarse no sólo los mensajes que esta persona tiene, sino sus relaciones digitales y personales. A qué eventos asiste, cómo son sus conversaciones digitales con los cercanos, y cuáles son sus posturas sociales. No necesariamente las afectaciones vienen del influenciador contratado, sino de sus allegados” precisó Weihs.
El informe reveló que los incidentes relacionados con el fraude siguen siendo frecuentes, específicamente con partes externas que afectaron a más de una cuarta parte de las empresas encuestadas, o sea a un 28%.
Además, México es particularmente vulnerable a la fuga de información interna, con un 46%. Al mismo nivel se encuentra el robo de datos y el daño de imagen causado por un tercero con un 32%, los dos se encuentran un 3% más alto que el promedio global.
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