La vida en otros mundos es posible y no es necesario salir de la Tierra para experimentarla. El plano virtual creó sus propias realidades a partir de videojuegos, por ejemplo, en donde la gente llevaba a cabo vidas alternas. Y si bien no eran tan inmersivas, esa tecnología ha evolucionado. Ahora, los metaversos son espacios donde la gente no hace otra vida, sino que extiende la propia.
De acuerdo con Jorge Alor, CEO de la agencia BNN Digital, “son mundos alternativos que hemos construidos, donde hemos generado sistemas de convivencia social, intercambio de productos e incluso diversos ejemplos de actividad económica”.
En marzo de este año, por citar un caso inmobiliario, se vendió la Casa de Marte por más de 500,000 dólares en Ethereum y no, esta no se encuentra en el planeta rojo, sino que se trata de un Token No Fungible (NFT, por sus siglas en inglés), cuyo comprador puede utilizar como hogar dentro de un metaverso, como Decentraland o Somnium Space.