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¿Cómo es el trabajo de un coach de e-sports?

Vanessa Melgar, entrenadora de Team Aze, un equipo del videojuego 'Free Fire', relata en qué consiste esta nueva profesión nacida del auge de los deportes electrónicos.
jue 08 julio 2021 06:00 AM
Los esports maduran en Mexico
Según datos de Statista, se espera que para el 2024 generará aproximadamente 1,344 millones de dólares.

Ser una mujer líder y dar órdenes en entornos como los e-sports, donde la mayoría de los equipos está conformada por hombres, es algo complicado, acepta Vanessa Melgar , mánager y coach del equipo de Free Fire, Team Aze. No obstante, ella se ha sobrepuesto a las críticas en su trabajo a partir de resultados.

“El hecho de ser mujer convierte en algo muy difícil dar órdenes a hombres”, platica Melgar. “Es complicado que no te hagan caso o que sientan que tus aportaciones no les van a ayudar por tu género, pero cambia la percepción cuando los equipos comienzan a dar resultados”.

Y es que según datos de la Academia Mexicana de e-sports (AMES), la proporción de jugadores profesionales en México está dominada por los hombres, quienes cubren el 90% de las plantillas, mientras que ellas sólo tienen una participación del 10%, lo cual es aún más notorio en campos directivos o de entrenadoras.

Dichos números también tienen influencia en qué tan motivadas pueden sentirse las profesionales, pues el mayor número de hombres da como consecuencia que haya “sexismo”, relata Melgar, quien describe que esta conducta puede llegar ser “involuntaria”, pero igualmente afecta su desarrollo dentro del ecosistema.

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A pesar de tales circunstancias, la joven tijuanense de 28 años no se ha desalentado y con Team Aze ha logrado alcanzar importantes reconocimientos, como ser campeona de latinoamérica al lado de su equipo y participar en la Free Fire World Series 2021, en Singapur.

Si bien su historia en torno a Free Fire comenzó como jugadora y luego como coach de un equipo amateur, su talento lo ha explotado desde el banquillo de entrenadora, sin embargo, antes de entrar al mundo de los esports de manera profesional no se había imaginado que podría obtener dinero a través de ellos.

“Saltar de un equipo amateur a uno profesional te cambia la vida de repente, es muy drástico, porque se adquieren más responsabilidades y más estrés. Cambia la percepción en cómo ves al juego, porque antes entrenabas por amor y ahora también existe un salario. Es algo muy lindo, ya que te pagan por lo que disfrutas hacer”, comenta con ilusión.

La declaración de Melgar hace unos años era común escucharla en futbolistas o deportistas tradicionales, pero la profesionalización de los videojuegos ha impactado en la creación de otros trabajos, desde quienes se dedican a jugar de manera competitiva hasta quienes realizan transmisiones en vivo de manera casual.

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De acuerdo con datos del reporte 2020 e-sports revenue streams, elaborado por la firma Newzoo, durante el año pasado la industria de los deportes electrónicos generó ingresos por 950 millones de dólares y se espera que en este 2021 finalmente se rebase la marca de los 1,000 millones de dólares en ingresos.

Respecto a su proceso de aprendizaje para ser coach, Vanessa explica que este no se ha basado en cursos o capacitaciones en escuelas, sino en su experiencia dentro del juego y a partir de la relación que ha establecido con otros especialistas en el juego, quienes le han ayudado a mejorar sus tácticas.

Aunque destaca que sí ha tomado clases para aprender a manejar las emociones, una habilidad que es fundamental para la gestión de un grupo que aspira a obtener resultados destacados en torneos, tanto a nivel nacional como internacional.

“Lo principal es saber conocer a los jugadores, porque cada uno tiene su personalidad y sus problemáticas. Uno de los asuntos más sonados en este ámbito es no tener el apoyo de sus papás, eso es algo que impacta en su rendimiento y un punto sobre el que ayudamos para que mejoren”, puntualiza.

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Después de solventar los asuntos personales, detalla, el siguiente paso es enfocarse en la táctica y las habilidades personales, lo cual también requiere un ojo analítico, con el fin de identificar las cualidades de cada persona, así como sus yerros durante las partidas, las cuales impactan tanto a nivel individual como grupal.

“Siempre busco que los miembros de mi equipo mejoren sus puntos débiles a pesar de ser experto en cierto rol. Además, considero que un jugador puede no ser el mejor, pero teniendo una buena táctica y un buen conjunto se pueden hacer maravillas”, destaca Melgar.

Aunque Vanessa reconoce que hay pocas mujeres en este medio, se siente orgullosa de los logros que ha alcanzado, pues además de representar una motivación personal, considera que puede influir para que más mujeres quieran ser parte del mundo de los esports sin importar lo que les digan.

“Tengo demasiadas seguidoras que quieren sobresalir como jugadoras, coaches, mánagers o analistas. Quizá por miedo no levantan la mano para ser tomadas en cuenta (...), pero si tienen la habilidad, háganlo. Una vez un hombre me dijo que era mala y no podría hacer nada, pero aquí estoy”, concluye Vanessa, la coach que llevó a un equipo latinoamericano a una serie mundial.

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