Jugar videojuegos es un pasatiempo cada vez más costoso, especialmente en Latinoamérica, donde los precios de juegos y consolas se han elevado por diversas razones, como la falta de atención por parte de las empresas hacia los mercados de la región, así como situaciones económicas propias de cada país.
Un título de estreno para plataformas de última generación, como Horizon Forbidden West para PlayStation 5 suele venderse en 70 dólares en Estados Unidos. Sin embargo, en México este precio se eleva hasta los 1,799 pesos, es decir, poco más de 88 dólares, lo cual es una muestra del panorama que deben enfrentar los jugadores.
En el caso de México, Fernando Campos, CEO de la tienda de videojuegos digitales Nuuvem, menciona que los distribuidores no realizan un proceso de localización apto para el país, ya que lo consideran como América del Norte y eso genera que los precios sean similares a los de Estados Unidos, lo cual considera injusto, porque tales precios están fuera del poder de compra de la región.