Devaluar el yuan
La moneda china, el yuan, se ha visto envuelta en batallas comerciales con Estados Unidos en el pasado, lo que provocó acusaciones de Trump de que Beijing estaba reduciendo artificialmente su valor para ayudar a sus exportadores.
El yuan no se negocia libremente como otras monedas importantes, como el dólar y la libra. Todos los días, el banco central de China establece una “banda” que limita los movimientos en el valor del yuan al 2% hacia arriba o hacia abajo.
La moneda china cayó el viernes frente al dólar, tanto en Shanghái como en el mercado extranjero, donde se mueve más libremente. En China, un dólar compra ahora aproximadamente 6.94 yuanes. Fuera de China, la moneda cayó a un mínimo de 2019 de casi 6.98 dólares antes de recuperarse ligeramente.
Un yuan más débil hace que las exportaciones chinas sean más baratas, lo que ayuda a amortiguar el impacto de los aranceles estadounidenses.
“Creo que la mejor herramienta que tienen, la herramienta más poderosa que tienen, es el tipo de cambio”, dijo Evans-Pritchard. “Esa es realmente una herramienta que les permitiría compensar directamente gran parte del impacto de los aranceles”.
Pero China tiene razones para no devaluar el yuan: una gran caída de la moneda podría provocar una salida de dinero de China y dañar la estabilidad económica.
“Es probable que Beijing quiera evitar una repetición de 2015 cuando la devaluación desencadenó una crisis de confianza en el yuan”, dijo Tay, de Fitch Solutions, refiriéndose a un movimiento previo que condujo a acusaciones de que China estaba comenzando una “guerra de divisas”.
Otra razón para que China no use su moneda como arma, según Evans-Pritchard, es que podría ser la opción nuclear.
“El problema con el uso de esa herramienta es que, si la usan ahora, es el final, básicamente. Es difícil que las negociaciones comerciales no se rompan por completo en ese momento”, dijo.
Dificultar la vida a las compañías estadounidenses
Otra forma de ejercer presión sobre el gobierno de Trump también conlleva riesgos.
Algunas de las compañías más grandes de Estados Unidos, incluidas Apple, Tesla, Ford y Starbucks, dependen del enorme mercado chino para obtener miles de millones de dólares en ingresos. Muchas de ellas ya han sido afectadas por los aranceles y una desaceleración económica más amplia en China.
El gobierno chino podría hacerles la vida difícil a las empresas estadounidenses al endurecer las restricciones en sus negocios y agregar obstáculos regulatorios.
Pero hacerlo podría dañar su economía, que ya está en desaceleración, si las empresas deciden trasladar la producción a otro lugar, como ya han hecho algunas.
“China depende menos de la inversión extranjera de lo que solía, pero todavía está ansioso por no ver a las multinacionales salir masivamente del país”, dijo Evans-Pritchard. “Si dificulta mucho las cosas a las empresas estadounidenses que operan en China, entonces existe el riesgo de que le salga el tiro por la culata hasta cierto punto”.
Es un problema actual para un gran banco de Wall Street. Morgan Stanley anunció el viernes que tomaría el control de su empresa conjunta en China al aumentar su participación al 51%.
Pero los reguladores chinos necesitan aprobar esa medida, y una reactivación repentina de la guerra comercial podría complicar los planes del gigante bancario estadounidense.