A pesar de que son entidades que juegan un papel pequeño, si se compara con la banca que tiene el 56% del mercado del crédito, han enfrentado las consecuencias de las altas tasas de interés.
El entorno económico complejo se conjugó con que tres instituciones como Crédito Real, Unifin y Alphacredit tuvieron deficiencias de gobernanza y ello las llevó a caer en incumplimientos que más tarde se convirtieron en procesos judiciales de liquidación. Su caída trajo consigo un problema reputacional que mermó en los ingresos del resto del sistema.
Unifin fue la única que consiguió, en enero de 2024, poner fin a su concurso mercantil, tras una reestructura que duró casi dos años. La reestructura buscaba mantener los empleos y liquidar tanto la deuda como los intereses con los acreedores.
Además, las tres entidades presentaron deficiencias en sus políticas de transparencia y supervisión provocando errores de contabilidad.
“Algunos intermediarios cayeron en incumplimientos y eso ocasionó que los fondeadores institucionales no estuvieran dispuestos a renovar líneas de crédito”, comenta Roberto Soto, responsable de instituciones financieras en HR Ratings.
El especialista señala que ante varios meses de altas tasas de interés habrá entidades cuyo reto está en el fondeo de los recursos. Y es que la banca tradicional, por la regulación a la que está sujeta, tiene la posibilidad de captar recursos mientras que no todas las IFNB pueden hacerlo bajo las mismas condiciones.
“La banca tiene por lo general la capacidad de obtener fondo a través de captación, entonces cualquier incremento en la tasa de referencia tiene un costo directo en su costo de fondeo; algunos intermediarios, por el modelo de negocio que manejan o por el tipo de productos que manejan, sí son capaces de hacer el traslado de su costo de fondeo a los clientes mientras que en algunas industrias dependen del nivel de competencia”, añadió Soto.
Los efectos de las altas tasas de interés impactan de distintas maneras al sector: al no tener los mismos permisos para captar como los bancos, dependen del financiamiento de los inversionistas y ante la quiebra de los más grandes como Crédito Real, que era el principal prestamista de créditos de nómina en el país, los inversionistas cerraron la llave del financiamiento.
Así que en 2024, el impacto de las tasas será diferente para cada tipo de institución, de acuerdo con la agencia. Aquellas que tengan mayor diversificación de financiamiento y de pagos de deuda más espaciados, serán los que podrán sortear la crisis.
El reto no será fácil si se tiene en cuenta que el mercado internacional de nuevos bonos o préstamos para este sector estará cerrado por unos meses más.
“Creemos que de mantenerse las actuales condiciones habrá presiones para que el sector se consolide en menos jugadores. Al mismo tiempo, no descartamos que el mercado, incluyendo a las mismas entidades financieras, propongan más controles y regulación que ayude a recuperar la confianza del inversionista a través de gobiernos corporativos más robustos”, apuntó por su parte Moody’s.