La nueva política turística en México se ha enfocado en atraer a visitantes de alto poder adquisitivo -y pone su mira en los turistas de origen asiático, principalmente-, con lo que se prevé captar una mayor derrama económica. Pero mantener a los mercados clave de visitantes es también la prioridad para los estados.
Hasta abril de este año, el ingreso de divisas por concepto de viajeros internacionales creció 13.8% respecto al mismo periodo de 2018, mientras que el gasto promedio por turista de internación vía aérea creció 14% en los primeros cuatro meses al consolidarse en 1,048 dólares, según cifras del Inegi y Banxico.
Sin embargo, a nivel estatal, los gobiernos se han “apretado el cinturón” para ajustar el presupuesto destinado a la comercialización de sus destinos, pues sin el apoyo del ya declarado extinto Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) tienen que sortear su presencia en ferias y eventos internacionales.