Pemex dejará de aportar cerca de 270,000 millones de pesos (mdp) al fisco para probar que puede elevar en casi un millón de barriles su producción de petróleo, al tiempo que logra liberar su abultada deuda, y comienza a generar más ingresos para, a partir de 2022, elevar sus aportaciones a la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Un plan que ha recibido críticas y escepticismo por parte de expertos del sector energético y analistas financieros , que ven insuficientes las propuestas para sacar adelante a la compañía. Pero la empresa que comanda Octavio Romero Oropeza se refugiará en las zonas petroleras que conoce, con una limitada ayuda de los privados -bajo contratos que lleva años aplicando-, y eludiendo a la reforma energética, que le quitó el monopolio en el sector hidrocarburos de México.