Estados Unidos comparte con México la gran oferta de gasolinas que produce en la que se considera la región con la mayor capacidad de refinación de combustibles en el mundo, y que se ubica en las costas del Golfo de México. Un litro producido en esa zona puede llegar al territorio nacional en menos de 8 pesos. El promedio del precio que pagan los automovilistas en el país vecino, sin embargo, se ubica en 12.10 pesos, mientras que en México está en 19.52 pesos por litro. ¿Por qué hay una diferencia de poco más de 7 pesos entre ambos países?
¿Por qué la gasolina en Estados Unidos es más barata que en México?
Los habitantes de municipios que colindan con la frontera entre México y Estados Unidos conocen mejor la diferencia entre cargar gasolina cruzando esa línea imaginaria, en especial los estados del noreste.
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Los conductores de la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, prefieren mucha veces cargar combustible cruzando la frontera. Las cuentas no mienten para ellos y el viaje vale la pena, a pesar de gozar de los mejores precios que se encuentran en México. La gasolina Magna en Reynosa oscila en los 14.21 pesos por litro, según cifras del sitio gasolinamexico.com.mx; un precio privilegiado frente a los 19.52 pesos del promedio nacional, según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para enero.
Pero nada se compara a las estaciones de McAllen, Texas, donde el costo para el usuario oscila entre los 1.81 a 2.20 dólares por galón, según cifras de gasbuddy.com. Si un galón tiene 3.79 litros, y tomamos un tipo de cambio de 18.66 pesos por dólar, los habitantes de Reynosa no tienen mucho qué pensar para hacer el viaje y llenar sus coches en estaciones que cobran entre 8.92 pesos y 10.85 pesos el litro de gasolina regular (el equivalente a la Magna).
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Sólo algunas ciudades tienen la posibilidad de gozar de los bajos precios en Estados Unidos, mientras que todos los demás deben lidiar con sus gasolineras locales. Los automovilistas en Los Cabos, Baja California Sur, no pueden escapar de los 21.14 pesos por litro que cuesta en promedio, según datos de gasolinamexico.com.mx, uno de los más altos a nivel nacional.
¿En qué momento se encarece la gasolina? Antes de entrar en los principales factores de este aumento, hay que tener en mente que en realidad los precios que se pagan tienen como base los que se ofertan en la costa este del sur de Estados Unidos, porque ahí se encuentra el mayor mercado de refinación del mundo y México importa entre el 70% a 80% de las gasolinas que se consumen en territorio nacional, la gran mayoría de esa parte del país vecino.
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Ni siquiera tienen que ver con cuánto le cuesta hacer un litro de gasolina a Pemex –las cifras públicas no permiten saber eso, aunque las millonarias pérdidas en su negocio de refinación dejan ver que gastan más que sus contrapartes en Estados Unidos.
“Aunque la mayoría de la gasolina que se consume en México se importa, y por eso tomamos como referencia el precio de comprarla allá, los costos de logística además de los impuestos encarecen el producto en el país”, explica Alejandro Montufar, director de Petrointelligence.
La gasolina importada desde Estados Unidos a Tuxpan, en Veracruz, el punto donde más importaciones entran al país, llega a un precio de 7.75 pesos por litro, según cifras de la consultora OPIS. “Este costo ya incluye el gasto en el flete en barco, que en realidad es muy pequeño, de apenas 2.73 centavos de dólar por galón, o de 11 centavos de peso por litro”, dice Daniel Rodríguez, analista de la consultora.
Estas gasolinas importadas, además, llegan en estado puro, sin más aditivos o componentes, debido a que cada país tiene sus normas de calidad para los combustibles. Las leyes mexicanas piden ciertas especificaciones que implican agregar una cierta cantidad de butano, además del llamado MTBE, un aditivo que eleva el octanaje de las gasolinas Magna y Premium, explica Rodríguez. Aunque esto agrega costos a la gasolina, tampoco resultan muy significativos para el precio final.
El gran salto de precios se da cuando se cobran los impuestos. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público determina cada semana el nivel del Impuesto Sobre Productos y Servicios (IEPS) que pagarán las gasolinas y diésel, con el fin de evitar que un fuerte alza o baja del barril del petróleo impacte a la inflación. El automovilista pagó cerca de 4.59 pesos por litro de IEPS en la Magna durante 2019, según cálculos de Petrointelligene.
En Estados Unidos también se paga un impuesto federal pero este de apenas 18.3 centavos de dólar por galón, es decir, 90 centavos de peso por litro. Así que estados como Texas o Luisiana aprovechan para aplicar un menor impuesto estatal, otros como California aplican una fuerte tasa a los combustibles que lleva el cobro de este gravamen a casi 3.9 pesos por litro.
El otro componente que va encareciendo las gasolinas es el transporte y distribución. El primero se refiere a los gastos de llevar los combustibles de su punto de entrada a las terminales de almacenamiento y reparto (TAR); y el segundo es el costo de transportarlos de aquí a las estaciones de servicio. El litro de gasolina a una TAR de Pemex que abastezca a la Ciudad de México tiene un costo de 8.74 pesos por litro, y estatal la vende a las estaciones de servicio en casi 17.8 pesos, un precio que además de el IEPS incluye otros gravámenes como el Impuesto al Valor Agregado (IVA), además del margen de ganancia, y otros costos en los que incurre Pemex.
Los últimos casi tres pesos entre este precio y el que paga cada automovilista al llegar se reparten en diferentes costos en los que incurre la gasolinera, además de su ganancia final. En el caso de la Ciudad de México, el litro de magna costó 20.61 pesos por litro en promedio durante enero, según cifras de la CRE.
Así que llegar a esos 12.10 pesos por litro que en promedio pagan los estadounidenses –en Texas pagan cerca de 9 pesos- van inflándose a cada paso que se internan al país hasta que llegan los impuestos a incrementar su costo hasta casi 19.52 pesos por litro.