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¿Qué le espera a la industria automotriz bajo la administración de Joe Biden?

Con la llegada del demócrata a la Casa Blanca, se espera un nuevo impulso a los vehículos electrificados, una política exterior "más cordial" y una lupa puesta en la ley laboral mexicana.
lun 09 noviembre 2020 05:00 AM
FILE PHOTO: Democratic U.S. presidential nominee Joe Biden campaigns in Warren, Michigan
Joe Biden habla sobre nuevas propuestas para proteger los empleos estadounidenses durante una parada de campaña en Warren, Michigan, en septiembre.

Poco después de que Donald Trump fuera elegido presidente en 2016, hizo una propuesta a los CEOs de los tres fabricantes de automóviles más grandes de Estados Unidos, en una reunión en la Casa Blanca: recortaré los impuestos y las regulaciones, y ustedes aumentarán los empleos y la inversión.

Cumplió con los recortes fiscales y regulatorios, entregando a las armadoras estadounidenses cientos de miles de millones de dólares en exenciones fiscales y derogando las reglas de economía de combustible de la administración de Barack Obama.

Pero, al mismo tiempo, el presidente republicano generó un clima de incertidumbre y caos en el sector, con la amenaza de un arancel de 35% a los autos importados desde México, con la renegociación del acuerdo comercial regional, con una guerra comercial con China y con las crecientes tensiones con la Unión Europea.

Ahora, con la victoria del demócrata Joe Biden, los analistas esperan un impulso renovado a los vehículos electrificados, una política exterior "más cordial" en lugar del estilo frontal que adoptó Trump, y una lupa puesta en el cumplimiento de la ley laboral mexicana.

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Emisiones

El apoyo que dio Donald Trump a los combustibles fósiles, retrasando la transición hacia vehículos electrificados, podría reducirse bajo la administración de Joe Biden, quien durante su campaña se comprometió a gastar miles de millones de dólares para agregar 500,000 estaciones de carga eléctrica, financiar la investigación de baterías y restaurar la deducibilidad fiscal de 7,500 dólares para vehículos eléctricos que ya había expirado.

General Motors dijo el sábado a Reuters que espera trabajar con su administración y el Congreso para "avanzar en nuestra visión de un futuro totalmente eléctrico y sin emisiones", mientras que Fiat Chrysler Automobiles dijo que espera trabajar con Biden y el nuevo Congreso "para fortalecer la industria automotriz y construir un futuro más seguro para nuestros empleados, clientes y sociedad".

Biden quiere ayudar a las ciudades a invertir en "e-scooters y otros vehículos de micro movilidad e integrar tecnologías como semáforos optimizados para aprendizaje automático" y quiere que el Congreso apruebe un gran paquete de infraestructura el próximo año.

El demócrata también respalda los incentivos para que los consumidores intercambien vehículos menos eficientes por vehículos eléctricos fabricados en Estados Unidos, así como las exenciones fiscales para que los fabricantes de automóviles y de componentes construyan o reorganicen fábricas para vehículos eléctricos.

Guido Vildozo, analista de IHS Markit, opina que este giro en la política de emisiones podría ser un reto para las finanzas débiles de los fabricantes de automóviles, luego del desplome global en la venta de vehículos que ocasionó la pandemia de coronavirus.

“Las inversiones en el desarrollo de vehículos electrificados es cuantiosa y el apoyo (que dio Trump) a los motores V6 y V8 mantuvo la rentabilidad de los fabricantes de automóviles en los últimos cuatro años”, dice.

China

Biden no ha presentado una estrategia detallada para China, pero todo indica que continuará con un enfoque duro hacia Bejín. Incluso antes de que Trump asumiera el cargo, la administración demócrata del presidente Barack Obama y el entonces vicepresidente Biden había endurecido significativamente su postura hacia China.

Francisco Bautista, socio líder del segmento de manufactura avanzada y movilidad de la consultora EY, espera, sin embargo, un tono más mesurado después de las amenazas de Trump, y un énfasis en la "competencia estratégica" en lugar de la confrontación directa que en los últimos cuatro años generó una guerra comercial que ocasionó pérdidas millonarias entre las empresas del sector automotriz por el pago de aranceles.

Ford y GM perdieron al menos 1,000 millones de dólares cada uno, según datos de las mismas empresas, absorbiendo aranceles al acero y al aluminio.

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T-MEC y la legislación laboral mexicana

Biden expresó su apoyo al acuerdo luego de que el Congreso de Estados Unidos aprobara su implementación en diciembre de 2019 y dijo que "la gran mayoría del movimiento sindical lo apoyó".

Aunque los analistas coinciden en que es poco probable que la administración demócrata revierta el T-MEC, Francisco Bautisa, de EY, opina que podría haber una diferencia en cómo lo haría cumplir, dados los respaldos que Biden obtuvo de los sindicatos.

"Biden está en deuda con los sindicatos después del respaldo que le brindaron durante su campaña y su elección, esto hará que el monitoreo en la implementación de la reforma laboral mexicana sea una de sus prioridades", dice.

Eso aún puede encajar con las prioridades de López Obrador, quién prometió fortalecer los derechos de los trabajadores y mejorar su salario, supervisando grandes aumentos en el salario mínimo y regulando el outsourcing.

Los demócratas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobaron el T-MEC después de insertar medidas adicionales, las que Biden elogió, para crear paneles que garanticen que las fábricas mexicanas se adhieran a las protecciones laborales y permitir aranceles a las empresas que violen esas reglas laborales.

Más empleo automotriz

Los votantes de Wisconsin, Michigan y Pensilvania −parte de la región industrial que impulsó el desarrollo de Estados Unidos en el siglo XX y que resultó gravemente afectada por la globalización en las últimas décadas−, fueron determinantes para la victoria de Donald Trump en 2016 y lo han vuelto a ser para el triunfo del demócrata Joe Biden.

Hace cuatro años, la pérdida de estos territorios fue un "shock" para los demócratas, pues ni Wisconsin ni Michigan ni Pensilvania habían votado por un candidato republicano desde los años 80, pero lo hicieron por Trump, que llegó a la zona prometiendo reindustrializar a Estados Unidos, recuperar los empleos manufactureros y construir un muro en la frontera con México, que, según el republicano, México le había robado durante años.

Pero tras casi cuatro años en la Casa Blanca, Trump ni superó la generación de empleos automotrices que logró su antecesor, Barack Obama, ni tampoco consiguió la reinstalación masiva de plantas armadoras en Estados Unidos desde México.

En Michigan, el bastión automotriz estadounidense, la cantidad de empleos en la fabricación de vehículos y autopartes ha disminuido bajo el gobierno de Trump. En febrero, antes de que comenzaran los cierres por la pandemia, los puestos de trabajo en este sector se habían reducido en 2,400 desde enero de 2017, cuando Trump asumió el cargo.

Bajo el gobierno de del republicano, el crecimiento del empleo ocurrió dentro de la manufactura más avanzada, y no tanto en las industrias tradicionales, dejando entrever el reto de "devolver la grandeza" a este sector.

Biden tratará de reinterpretar esta promesa generando empleos dentro de nuevas cadenas de valor que permitan sustituir importaciones de "insumos estratégicos" de China. Por ejemplo, una cadena de suministro nacional de litio para fabricar baterías de vehículos eléctricos, teléfonos móviles, armas y otros equipos de alta tecnología.

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