T-MEC y la legislación laboral mexicana
Biden expresó su apoyo al acuerdo luego de que el Congreso de Estados Unidos aprobara su implementación en diciembre de 2019 y dijo que "la gran mayoría del movimiento sindical lo apoyó".
Aunque los analistas coinciden en que es poco probable que la administración demócrata revierta el T-MEC, Francisco Bautisa, de EY, opina que podría haber una diferencia en cómo lo haría cumplir, dados los respaldos que Biden obtuvo de los sindicatos.
"Biden está en deuda con los sindicatos después del respaldo que le brindaron durante su campaña y su elección, esto hará que el monitoreo en la implementación de la reforma laboral mexicana sea una de sus prioridades", dice.
Eso aún puede encajar con las prioridades de López Obrador, quién prometió fortalecer los derechos de los trabajadores y mejorar su salario, supervisando grandes aumentos en el salario mínimo y regulando el outsourcing.
Los demócratas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobaron el T-MEC después de insertar medidas adicionales, las que Biden elogió, para crear paneles que garanticen que las fábricas mexicanas se adhieran a las protecciones laborales y permitir aranceles a las empresas que violen esas reglas laborales.
Más empleo automotriz
Los votantes de Wisconsin, Michigan y Pensilvania −parte de la región industrial que impulsó el desarrollo de Estados Unidos en el siglo XX y que resultó gravemente afectada por la globalización en las últimas décadas−, fueron determinantes para la victoria de Donald Trump en 2016 y lo han vuelto a ser para el triunfo del demócrata Joe Biden.
Hace cuatro años, la pérdida de estos territorios fue un "shock" para los demócratas, pues ni Wisconsin ni Michigan ni Pensilvania habían votado por un candidato republicano desde los años 80, pero lo hicieron por Trump, que llegó a la zona prometiendo reindustrializar a Estados Unidos, recuperar los empleos manufactureros y construir un muro en la frontera con México, que, según el republicano, México le había robado durante años.
Pero tras casi cuatro años en la Casa Blanca, Trump ni superó la generación de empleos automotrices que logró su antecesor, Barack Obama, ni tampoco consiguió la reinstalación masiva de plantas armadoras en Estados Unidos desde México.
En Michigan, el bastión automotriz estadounidense, la cantidad de empleos en la fabricación de vehículos y autopartes ha disminuido bajo el gobierno de Trump. En febrero, antes de que comenzaran los cierres por la pandemia, los puestos de trabajo en este sector se habían reducido en 2,400 desde enero de 2017, cuando Trump asumió el cargo.
Bajo el gobierno de del republicano, el crecimiento del empleo ocurrió dentro de la manufactura más avanzada, y no tanto en las industrias tradicionales, dejando entrever el reto de "devolver la grandeza" a este sector.
Biden tratará de reinterpretar esta promesa generando empleos dentro de nuevas cadenas de valor que permitan sustituir importaciones de "insumos estratégicos" de China. Por ejemplo, una cadena de suministro nacional de litio para fabricar baterías de vehículos eléctricos, teléfonos móviles, armas y otros equipos de alta tecnología.