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"Mi sueño como embajadora es traer una primera empresa eslovaca a México"

Terézia Šajgalíková, embajadora de Eslovaquia en México, considera que uno de los obstáculos para la llegada de inversiones de aquel país es la percepción de inseguridad, que ha crecido.
jue 12 enero 2023 05:00 AM
Terézia Šajgalíková, Embajadora de Eslovaquia en México
Terézia Šajgalíková es la séptima embajadora eslovaca en México, la segunda mujer.

Eslovaquia, un país que surgió tras la disolución de Checoslovaquia hace 30 años, ha puesto la mira en México como destino de inversión. Terézia Šajgalíková, embajadora de aquel país, tiene un objetivo claro: allanar el camino para la llegada de una primera planta de manufactura al territorio nacional.

Ya hay algunas manos levantadas. Sin revelar nombres, Šajgalíková adelantó en entrevista, que la primera en llegar será una planta dedicada a la pulvimetalurgia -un proceso que se utiliza para producir componentes a partir de metales que normalmente no se alean fácilmente-, que ya cuenta con clientes tanto en México como en Estados Unidos.

México cuenta con dos plantas en aquel país, una de Nemak, enfocada a la fabricación de autopartes de aluminio, que inició operaciones en 2006, y otra de la cementera Cemex, que arrancó en 2013.

La embajadora considera que los principales obstáculos por el que aún no han llegado empresas de aquel país a México es la percepción de que inseguridad ha empeorado y el desconocimiento de las oportunidades que ofrece México como plataforma de exportación, gracias a su red de 14 Tratados de Libre Comercio (TLC) con 50 países, a los que podrían sumarse otros tres, con Ecuador, Reino Unido y Corea del Sur.

La primera vez que Šajgalíková pisó México fue en 1995, para realizar estudios de posgrado en la academia diplomática, Instituto Matías Romero. Tras una buena experiencia, regresó tres años después, en 1998, como parte del comité de la Misión Embajada de Eslovaquia, buscando robustecer los lazos entre los dos países, lo que años más tarde sería piedra angular en su nombramiento como embajadora a finales de septiembre de 2020, tras la entrega de las cartas presidenciales a Andrés Manuel López Obrador.

Hoy, la embajadora de Eslovaquia, un país de apenas 5.4 millones de habitantes, se declara amante de las artesanías mexicanas, principalmente de la talavera poblana, y de de las playas mexicanas, en especial la de Acapulco, cuyo clima cálido contrasta con el frío que prevalece a lo largo del año en su país de origen.

A finales de octubre pasado, Šajgalíková, en conjunto con Ingrid Brocková, viceministra de Relaciones Exteriores y Europeos, tuvieron un encuentro con representantes de la Secretaría de Economía, denominado por la Embajadora como “Misión Empresarial”, el cual se había pactado con la administración anterior de Tatiana Clouthier, pero se llevó a cabo con el nuevo gabinete de Raquel Buenrostro.

A inicios de este mes, ambos países celebraron el 30 aniversario de sus relaciones diplomáticas. Šajgalíková es la séptima embajadora eslovaca en México, la segunda mujer. Su gestión terminará en 2024, pero antes de que eso ocurra, ella espera ver los frutos de su labor materializados en una primera planta instalada en suelo mexicano.

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Expansión: ¿Qué le gustaría que se recordara de su gestión como embajadora de Eslovaquia en México?
Terézia Šajgalíková: Me gustaría que una primera empresa se monte aquí durante mi función como embajadora… Me da igual de qué sector, honestamente. Quiero que vengan y que corran la voz de que invertir y estar en México es buena idea. Cómo Good Idea Eslovaquia, que es nuestro lema como marca país, quiero que también las empresas eslovacas vengan a México y digan que es una buena idea.

E: ¿Qué ha sucedido? ¿Por qué no ha llegado ninguna empresa de su país a México aún?
TŠ: Ustedes, México, hace todo bien, según mi percepción; ahora vemos el fenómeno del nearshoring. El problema creo que es cultural. Los empresarios eslovacos están acostumbrados a invertir del otro lado del planeta. Van más, o iban más, hacia Rusia, Ucrania, por la cercanía del idioma. Somos naciones eslavas, aprender ruso era obligatorio en el pasado. Obviamente la generación más vieja de los empresarios sigue hablando ruso. Van mucho a China también. Antes de 1989 éramos parte de un bloque de los países socialistas, por lo tanto ya había una red establecida de contactos.

Esos contactos siguen ahí y estos empresarios aprovechan de los contactos del pasado. Sin embargo, queremos mostrarles que hay otras partes del mundo en donde hay muchas posibilidades, y una de esas partes es México.

E: ¿Existen temores al momento de pensar en invertir en México?
TŠ: Temor es una palabra bastante fuerte. Creo que es más desconocimiento. Lo primero desconocido es el idioma, porque en Eslovaquia se habla sobre todo eslovaco, inglés o alemán, por la cercanía de Austria. El primer desafío es aprender español; sin embargo, para los eslovacos no es difícil aprender español, pero si uno no habla ninguna palabra sí es un desafío. La distancia es otro, y la percepción de seguridad que hay fuera de México no es buena. Y ha empeorado.

E: ¿El incremento en la percepción de inseguridad podría ser el principal obstáculo?
TŠ: No creo. El principal factor es el desconocimiento, en general, sobre qué es México y qué puede ofrecer, y para eso estamos aquí nosotros, para dar información correcta y pintar a México como un país donde vale la pena invertir.

Expansión: ¿Cuenta con algún objetivo claro en materia de inversiones?
TŠ: Mi objetivo es traer una primera empresa que después traiga a otras. Ese es mi sueño. Que las compañías vean que no deben tener miedo, que todo se puede manejar, que México sí ofrece incentivos y los estados sí pueden proporcionar buena logística para aprovechar la cercanía con Estados Unidos. Yo quiero ser pragmática y con pequeños pasos yo creo que aquí vamos a lograrlo. Cuando vean que es práctico, que funciona, van a llegar otras.

E: ¿A qué estado del país podría llegar?¿Existe algún prospecto?
TŠ: No creo que tengan aún algún estado seleccionado. Obviamente cada uno tiene sus incentivos, sus ventajas, desventajas, tiene su logística, nivel de seguridad o inseguridad. Yo creo que va a depender de eso, de qué es lo que el estado puede ofrecer.

E: ¿En qué tiempo podría volverse esto una realidad?
TŠ: No lo sabemos. En realidad es la primera vez que recibimos el pedido de una empresa (de pulvimetalurgia) diciendo “necesitamos un parque industrial de tal tamaño, que tenga conexión carreteras”. No sabemos todavía cuánto tiempo nos va a tardar. Es la primera vez que tenemos un proyecto así.

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E: La Unión Europea tiene objetivos claros, sobre alcanzar pronto la descarbonización. La administración en México ha sido criticada por su preferencia hacia energías fósiles. ¿Esto podría significar un obstáculo para su llegada?
TŠ: No es una empresa que produce energías limpias, no somos España o Países Bajos, que tienen inversiones de ese sector. Eso no nos afecta. Lo que sí afecta es la seguridad jurídica, en cualquier sector, no solamente en el de energía. El empresario va a un país donde haya seguridad jurídica.

E: ¿Y en México sí existe esa seguridad jurídica?
TŠ: Sí, sí existe. La tenemos.

E: En octubre de este año hubo cambios en todo el gabinete de la Secretaría de Economía. ¿Eso complicó de alguna forma la reunión entre México y Eslovaquia?
TŠ: La renuncia de la secretaria Tatiana Clouthier pasó una semana antes de que llegara la misión. Nos complicó bastante nuestra logística. Sabemos que hubo muchas renuncias. Sí nos complicó la visita de la viceministra y la reunión empresarial, pero a final de cuentas todo salió perfecto. (El nuevo gabinete, ahora dirigido por Raquel Buenrostro) llevaba en sus puestos tres días. No puedo juzgar si fue mejor o peor, no soy capaz de juzgarlo, pero sí se realizó la misión finalmente.

E: Si entonces la reunión se pactó con la administración anterior, ¿cómo se observa el nuevo gabinete y la relación con éste?
TŠ: Toda nueva administración necesita tiempo para enterarse de su cartera, de su portafolio de proyectos. Normalmente, por lo menos en mi país, se consideran 100 días (para que una nueva administración alcance su curva de aprendizaje) y todavía no han pasado estos 100 días, aunque seguramente les va a ir bien. Me di cuenta que estuvieron en Washington en diciembre, la secretaria Buenrostro, el subsecretario de Comercio Exterior (Alejandro) Encinas, entonces yo creo que van a ir avanzando bien.

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