Pero, antes de considerar realizar una inversión fuerte, es importante recordar que la criptomoneda es una tecnología nueva. Procede con cuidado. “No deberías poner tus ahorros en ello”, advierte Romero.
También es importante darse cuenta de que una vez que realizas una operación, no puedes revertirla. D ebes estar absolutamente seguro de que estás enviándolo a la persona o institución correcta. Los errores no pueden deshacerse. Ah, y tampoco hay seguro: si alguien hackea tu billetera y te roba los bitcoins, mala suerte. Sin embargo, algunos intercambios, como Coinbase, ofrecen seguros contra los ataques a toda la compañía.
Las operaciones se realizan mediante claves públicas y privadas. Una clave pública es como una dirección de correo electrónico y una clave privada es como la contraseña de esa cuenta de correo electrónico. Si tienes la dirección de alguien, puedes enviarle un correo electrónico, pero no puedes tener acceso a tus correos electrónicos a menos que también tengas su contraseña.
Así es como funciona el comercio de las criptomonedas: tú envías y recibes al proporcionar o usar tu clave pública, pero debes mantener tu clave privada protegida, de lo contrario, cualquier persona puede acceder a tus criptomonedas.
¿Qué podría salir mal?
El mayor problema con las criptomonedas es también lo que las hace tan atractivas para algunos inversionistas: su falta de regulación y su naturaleza descentralizada les brinda a los compradores y vendedores un grado de privacidad que no obtienen con las inversiones tradicionales.
Pero eso también significa que hay poca supervisión o seguridad y que sus inversiones están en gran medida desprotegidas. Eso llevó a muchos bancos centrales a advertir contra el uso de las criptomonedas, y Warren Buffett llegó a decir que el bitcoin es “probablemente veneno para ratas total”.
Incluso Goldman Sachs, que anunció en mayo que lanzaría una mesa de trading de bitcoins, recientemente pareció menos seguro. Su informe económico de mediados de año indicó que la criptomoneda “no es un medio de intercambio ni una unidad de medida ni una reserva de valor”. UBS ha expresado preocupaciones similares, al decir que la criptomoneda es demasiado “inestable” para ser usada de forma convencional.
Invertir siempre conlleva cierto riesgo, pero, por ahora, el mundo de la criptomoneda parece más el Salvaje Oeste que el mercado de valores. Cualquiera que piense hacerlo debería pensarlo dos veces. Y tal vez pensarlo dos veces más.