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Estados Unidos está a la orilla de un nuevo cierre de gobierno

La financiación del muro, así como lo referente a la seguridad fronteriza, son el tema que puede volver a detener las discusiones entre demócratas y republicanos.
lun 11 febrero 2019 09:15 AM
Donald Trump.
Contra las amenazas. El Senado mexicano envía carta a congresistas de EU por dichos del presidente Donald Trump.

(CNN)- Estados Unidos podría estar deslizándose hacia un nuevo cierre del gobierno y el presidente Donald Trump podría tener que enfrentar una elección fatídica sobre su muro fronterizo mientras inicia otra semana al filo del precipicio en Washington.

La semana pasada, los negociadores demócratas y republicanos parecían estar en camino de un acuerdo para financiar al gobierno y aumentar la seguridad fronteriza sin pagar por un muro, y parecía posible que Trump pudiera firmar el acuerdo a regañadientes.

Pero las conversaciones se pararon durante el fin de semana en una disputa sobre los límites exigidos por los demócratas sobre el número de plazas disponibles en centros de detención utilizados por las operaciones de Inmigración y Control de Aduanas fuera de las áreas fronterizas.

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El desacuerdo pareció arrinconar las esperanzas de llegar a un acuerdo este lunes para permitir que cada cámara del Congreso tenga suficiente tiempo para aprobar la legislación mucho antes de la fecha límite del viernes.

“Creo que las conversaciones están estancadas ahora mismo”, dijo en Fox News Sunday el senador de Alabama Richard Shelby, el principal republicano en la comisión de conferencia de 17 miembros.

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Si no se llega a un acuerdo y no aparece una medida de gasto paliativo, podría desencadenarse un nuevo cierre del Gobierno, sometiendo nuevamente a 800,000 trabajadores federales que podrían ser despedidos o tener que trabajar sin sueldo.

El más reciente cierre, que fue el más largo de la historia, terminó el mes pasado con la victoria de la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, quien rechazó financiar el muro, y con una derrota política dañina para el presidente en su primer choque significativo desde las elecciones legislativas.

El imprevisible Trump podría sacudir los intentos de evitar un segundo cierre cuando se dirija a El Paso, Texas, este lunes para su primer mitin político del año, un contexto en el que parece poco probable que el presidente muestre flexibilidad sobre la idea de construir un muro.

El repentino pesimismo por las conversaciones entre demócratas y republicanos en el Senado refleja la incertidumbre y las tensiones políticas en el Capitolio en el inicio de una nueva era de gobierno dividido.

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También refleja la muy difícil tarea de buscar un compromiso respecto a la política de inmigración, un tema visceral para ambos partidos y que es casi existencial para la presidencia de Trump.

Aunque resulte que el contratiempo del fin de semana es solo un típico retraso del Capitolio para llegar a un acuerdo, podría propiciar aún más incertidumbre, ya que el compromiso no alcanzará los 5,700 millones de dólares que Trump ha exigido para su muro.

En ese escenario, Trump enfrentaría nuevamente una elección entre ceder en el tema central de su campaña de 2016 y alienar a sus seguidores de base y a los conservadores o negarse a firmar un proyecto de ley aprobado por el Congreso.

Si interfiere, el presidente podría provocar un nuevo cierre parcial por el que volvería a correr el riesgo de ser culpado.

El dilema de Trump

La semana pasada, Shelby había avivado el optimismo por un acuerdo después de visitar a Trump para informarle sobre el proceso.

Pero el domingo, se vio más pesimista cuando se le preguntó si las esperanzas de alcanzar un acuerdo este lunes eran realistas.

“No estoy seguro de que vayamos a llegar allí”, dijo en Fox.

Dos asesores republicanos de alto rango dijeron a CNN que el límite exigido por los demócratas en las camas en los centros de detención obligaría a los funcionarios del ICE a tomar decisiones imposibles sobre qué inmigrantes detener.

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Un asesor demócrata de la Cámara de Representantes dijo a CNN que la afirmación de los republicanos sobre que la propuesta permitiría que “se libere a delincuentes violentos” era falsa.

“Este límite obligará a la administración de Trump a priorizar el arresto y la deportación de delincuentes graves, no inmigrantes respetuosos de la ley”, dijo el comunicado.

Shelby también indicó que aún no había acuerdo sobre cuánto dinero permitirían los demócratas gastar en las barreras en la frontera entre Estados Unidos y México.

El líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Steny Hoyer, de Maryland, dijo el sábado en CNN que estaría preparado para aceptar un acuerdo que ofreciera hasta 2,000 millones de dólares para una barrera fronteriza.

OPINIÓN: Trump tiene que pensar antes de hablar

Pero la combinación de bardas fronterizas, vallas y barreras de reparación que los demócratas parecen estar preparados para apoyar está muy por debajo del muro de 320 kilómetros de concreto o acero que Trump ha estado promoviendo recientemente entre sus propios seguidores.

La pregunta será si él, de alguna manera, podría afirmar que incluso una solución así de parcial cumple su promesa de construir un muro fronterizo.

Tal incertidumbre es la razón por la que no está claro si Trump firmará un acuerdo que surja de las conversaciones de Capitol Hill, especialmente porque ha rebatido una solución que podría ponerlo en problemas con su ala más de derecha.

También es la razón por la cual no se puede descartar un cierre, algo previamente visto como altamente improbable dado el daño político que causó en la Casa Blanca la última vez.

El secretario de la Casa Blanca interino, Mick Mulvaney, parece tener poco más información sobre lo que podría suceder esta semana que cualquier otra persona.

“Usted me hizo una pregunta: ¿está el cierre de Gobierno fuera de la discusión? Yo diría que no”, dijo Mulvaney en el programa Meet the Press de NBC.

Así que es muy posible que Trump se encuentre exactamente en la misma posición política vulnerable que tuvo durante el cierre anterior.

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¿Se niega a ceder respecto a los fondos para su muro -que representa un símbolo casi mítico de su atractivo ante sus seguidores más leales- e inicia un cierre al que probablemente se opondría la mayoría de los estadounidenses?

¿O mantiene la fe en su base y se arriesga la ira de muchos otros votantes que están furiosos por la falta de funcionamiento del Gobierno y que han dicho en las encuestas que se oponen a un cierre provocado por el presidente para obtener su muro?

Tratando de culpar a otros

Trump parecía estar buscando una forma de salir de su caja el domingo al tratar de responsabilizar a los demócratas de cualquier nuevo cierre.

“No creo que los demócratas en la Comisión de Fronteras tengan autorización de sus líderes para llegar a un acuerdo. Ofrecen muy poco dinero para el desesperadamente necesario Muro Fronterizo y ahora, de la nada, ¡quieren un tope a los delincuentes condenados violentos detenidos!”, tuiteó Trump.

“Ahora, con las terribles ofertas hechas por ellos a la Comisión de Fronteras, realmente creo que quieren un cierre. ¡Quieren un nuevo tema!”, Trump escribió en Twitter.

Los desarrollos del fin de semana todavía dejan a Trump en un lugar delicado.

Muchos republicanos en el Capitolio tienen poco interés en repetir el cierre de 35 días que comenzó antes de Navidad y se extendió a la nueva era del control demócrata de la Cámara de Representantes.

También hay incomodidad entre algunos republicanos del Senado sobre el plan alternativo de Trump: una declaración de emergencia nacional que podría permitir al presidente reprogramar el financiamiento de otros proyectos en el Pentágono.

Tal medida abriría la posibilidad de que un futuro presidente demócrata pueda usar el precedente para declarar una emergencia nacional y eludir al Congreso para ejercer su poder presidencial en otro tema, como combatir el calentamiento global.

E incluso si Trump declara una emergencia nacional, probablemente enfrentaría una impugnación judicial inmediata y el enfrentamiento constitucional de mayores consecuencias en una administración que frecuentemente ha puesto a prueba las normas presidenciales.

El repentino estancamiento de las conversaciones el fin de semana llevó a algunos demócratas a considerar un plan de respaldo.

Dos fuentes involucradas en las conversaciones dijeron que si el impasse se prolonga, los Demócratas de la Cámara podrían proponer un paquete que financie el Departamento de Seguridad Nacional hasta septiembre junto con otros departamentos.

Ese camino provocaría otro dilema, ya que presumiblemente obligaría al líder de la mayoría senatorial Mitch McConnell de Kentucky a considerar la posibilidad de aprobar un proyecto de ley que el presidente probablemente no firme al carecer de los fondos necesarios para el muro.

En el último cierre, McConnell, tratando de evitar una división pública dañina entre los republicanos, declinó exponer a sus senadores a votaciones sobre cualquier medida que no fuera aprobada previamente por demócratas y republicanos.

Nada está claro. Ningún jugador clave en el drama puede estar seguro de lo que hará su oponente. Lo que está en juego va en aumento y el reloj sigue avanzando hacia otra fecha límite crucial el viernes.

Lauren Fox, Phil Mattingly y Manu Raju de CNN contribuyeron con este informe.

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