Así las cosas, "los palestinos dicen 'estos son nuestros principios', los estadounidenses dicen 'esto es lo que hay', y los palestinos responden 'entonces no queremos saber nada con ninguna parte del plan'", grafica el experto israelí.
Para algunos comentaristas, el rechazo palestino juega a favor de la política de desgaste puesta en marcha desde hace ya tiempo por Benjamin Netanyahu . El primer ministro israelí sigue acercándose a los países árabes enfrentados a Irán y reforzando con éxito la seguridad del país frente a los ataques desde Gaza, convirtiendo el reclamo palestino en una voz cada vez más inofensiva.
Al decir "no" al plan de ayuda económica, los dirigentes palestinos provocan incluso la decepción de sectores que están decididamente a favor de la solución de dos estados, tanto en Israel como en Estados Unidos.
Alan Dershowitz por ejemplo, el conocido activista judío estadounidense que en algunos frentes puede ser considerado un conservador pero que es declaradamente favorable a un estado palestino, afirmó que la negativa de Abbas de enviar una delegación a la conferencia del mes pasado en Bahrein para discutir el Paz por Prosperidad fue un error.
"Si el liderazgo palestino persiste en su negativa a sentarse y negociar, solo ellos tendrán la culpa de la falta de un Estado", escribió en una columna titulada "Los palestinos pierden otra oportunidad", en relación a las ofertas de paz que rechazaron en el 2001 y en el 2008.
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Las noticias desde Bahrein parecen darle razón a Dershowitz. Empresarios israelíes que viajaron a Manama, citados de manera anónima por Zaken, dijeron que su participación en la reunión "fue una forma de decirle a los palestinos que el conflicto ya no es algo que pueda evitar que nosotros hagamos negocios con los árabes".
"Si el conflicto continúa, sin cambios, sin que la dirigencia palestina siquiera acepte pensar en esos cambios, ellos serán dejados atrás" en el nuevo mapa político y económico del Medio Oriente, concluyó.