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Por qué fracasan los programas de paz entre Israel y Palestina planeados por EU

Varios especialistas señalan que Washington no ha comprendido que la raíz del conflicto entre ambas naciones no es económica, sino política.
mar 23 julio 2019 05:04 AM
Un hombre camina cerca de los cables en un campo de refugiados en Beirut, Líbabo. El eslogan en la pared dice "Jerusalén en la capital de Palestina, nuestra elección es la resistencia".
Una de las exigencias de los palestinos es el regreso de los refugiados a Palestina. El eslogan en la pared, en en un campo de refugiados en Beirut, Líbano, dice "Jerusalén en la capital de Palestina, nuestra elección es la resistencia".

TEL AVIV (Expansión)- Los intentos norteamericanos de impulsar un principio de solución al conflicto entre israelíes y palestinos inyectando miles de millones de dólares en los territorios ocupados fallaron porque desde Washington no entienden la raíz del problema

Así lo aseguró la analista libanesa-estadounidense Raghida Dergham una columna de opinión publicada hace pocos días en el Wall Street Journal.

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Esas iniciativas, incluyendo la reciente Paz por Prosperidad presentada por el gobierno del presidente Donald Trump, "fracasaron porque ellos asumen de manera errónea que los palestinos están enojados porque son pobres, y no porque no tienen un Estado".

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Es difícil saber cuánto enojan a los palestinos los altos niveles de pobreza que los afectan, más en Gaza que en Cisjordania, porque la libertad de expresión no está muy extendida en los territorios y en la Franja, donde no hay encuestas o periodismo confiables.

Pero en todo caso sus líderes, desde el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, hacia abajo, se encargaron de tomar la palabra por ellos y, en sintonía con lo que afirma Dergham, aseguraron que sigue siendo más importante obtener un Estado independiente que desarrollar económicamente a su empobrecida sociedad.

El Paz por Prosperidad arrancó mal de todas maneras porque, tal como denunciaron las autoridades palestinas, los gestores del proyecto, el yerno de Trump, Jared Kushner, David Friedman y Jason Greenblatt son judíos ortodoxos y, algunos de ellos, cercanos al movimiento de los colonos de los asentamientos en Cisjordania.

Lee: El plan de paz de EU en Medio Oriente busca reunir 50,000 mdd

Entre el sesgo pro-israelí de la propuesta estadounidense y la posición de principios que reclama el estado independiente antes de poder hablar de cualquier otro tema, Abbas y otros altos líderes palestinos no dudaron en rechazar el plan para invertir 50,000 millones de dólares en diez años en los territorios.

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Que los palestinos sufran un 31% de desempleo según datos del Banco Mundial para el 2018, o tasas de pobreza del 29%, según la misma fuente, son asuntos que quedan en el asiento posterior de las negociaciones. Por ahora, los dirigentes palestinos insisten en reclamar condiciones que ningún gobierno israelí, de derecha o izquierda, podría aceptar: la pronta creación de un Estado y el regreso de los refugiados o descendientes de los desplazados durante la guerra de 1948.

"Antes que nada, como una regla, en el Medio Oriente es mejor no buscar explicaciones lógicas" a la dinámica del conflicto, advierte el analista israelí Danny Zaken.

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En entrevista con Expansión, Zaken, que sigue las negociaciones de paz para el diario económico israelí Globes y para el periódico árabe Al-Monitor, señala que, en privado, lejos del sonoro rechazo en los medios de comunicación, los dirigentes palestinos admiten que el plan económico diseñado por los asesores de Trump "no es malo".

Sin embargo, lo que se sabe del "lado político" del Paz por Prosperidad es inaceptable para los palestinos. Zaken enumera que, según los detalles que se filtraron de las condiciones políticas del plan, "no se habla de un estado palestino, al menos en una primera etapa".

En cuanto a los refugiados, se prevén importantes ayudas para que los desplazados se instalen en los países árabes donde viven actualmente, con acceso a la ciudadanía libanesa o jordana, por ejemplo, y a nuevas viviendas que les permitan abandonar los campos. Pero no un regreso a los territorios palestinos, y muchísimo menos al israelí.

Lee: Los palestinos rechazan el plan de paz de Estados Unidos

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Así las cosas, "los palestinos dicen 'estos son nuestros principios', los estadounidenses dicen 'esto es lo que hay', y los palestinos responden 'entonces no queremos saber nada con ninguna parte del plan'", grafica el experto israelí.

Para algunos comentaristas, el rechazo palestino juega a favor de la política de desgaste puesta en marcha desde hace ya tiempo por Benjamin Netanyahu . El primer ministro israelí sigue acercándose a los países árabes enfrentados a Irán y reforzando con éxito la seguridad del país frente a los ataques desde Gaza, convirtiendo el reclamo palestino en una voz cada vez más inofensiva.

Al decir "no" al plan de ayuda económica, los dirigentes palestinos provocan incluso la decepción de sectores que están decididamente a favor de la solución de dos estados, tanto en Israel como en Estados Unidos.

Alan Dershowitz por ejemplo, el conocido activista judío estadounidense que en algunos frentes puede ser considerado un conservador pero que es declaradamente favorable a un estado palestino, afirmó que la negativa de Abbas de enviar una delegación a la conferencia del mes pasado en Bahrein para discutir el Paz por Prosperidad fue un error.

"Si el liderazgo palestino persiste en su negativa a sentarse y negociar, solo ellos tendrán la culpa de la falta de un Estado", escribió en una columna titulada "Los palestinos pierden otra oportunidad", en relación a las ofertas de paz que rechazaron en el 2001 y en el 2008.

Lee: El plan de paz de EU para Medio Oriente es rechazado por empresarios palestinos

Las noticias desde Bahrein parecen darle razón a Dershowitz. Empresarios israelíes que viajaron a Manama, citados de manera anónima por Zaken, dijeron que su participación en la reunión "fue una forma de decirle a los palestinos que el conflicto ya no es algo que pueda evitar que nosotros hagamos negocios con los árabes".

"Si el conflicto continúa, sin cambios, sin que la dirigencia palestina siquiera acepte pensar en esos cambios, ellos serán dejados atrás" en el nuevo mapa político y económico del Medio Oriente, concluyó.

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