Ryan Browne
WASHINGTON- Una amplia gama de empleados de las fuerzas armadas y funcionarios de defensa de Estados Unidos están expresando una frustración y una furia profunda porque la administración Trump se niega a apoyar a los kurdos sirios que están bajo ataque de los turcos, según declararon a CNN varios funcionarios de las fuerzas armadas y del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Varios funcionarios estadounidenses de las fuerzas armadas y del Departamento de Defensa de Estados Unidos, entre ellos algunos elementos que se desplegaron en Siria, manifestaron que están consternados con la manera en la que la administración Trump ha manejado la situación.
Un funcionario estadounidense dijo que es bien sabido que algunos altos oficiales de las fuerzas armadas estadounidenses están furiosos por el trato que se ha dado a los kurdos dado que ayudaron a Estados Unidos en la lucha contra ISIS.
Otro alto funcionario de Defensa de Estados Unidos dijo a CNN que el que Trump no se haya opuesto más firmemente a la invasión y que no haya hecho nada para impedir el ataque a los kurdos implica que Trump le dio luz verde a Turquía pese a que la administración estadounidense sostiene que se siempre se opuso a la operación.
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Las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), encabezadas por los kurdos, "están peleando contra una fuerza que pretende eliminar a su gente porque nosotros le dimos luz verde a su operación", dijo un alto funcionario de Defensa de Estados Unidos a CNN, refiriéndose a la operación turca.
Otro funcionario de las fuerzas armadas estadounidenses que están involucradas en las operaciones en Siria dijo que le "avergonzaban" los actos de su país respecto a las FDS y agregó que Estados Unidos no había defendido a su viejo aliado en la lucha contra ISIS.
Se pierde la confianza
También preocupa que los aliados y los socios potenciales dejen de confiar en Estados Unidos.
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"¿Cómo esperamos que alguien se alíe con nosotros ahora?", se preguntó un funcionario de Defensa de Estados Unidos.
"Hicieron todo lo que les pedimos", dijo otro. "Esto de verdad no es bueno para nosotros".
Turquía emprendió su muy pregonada incursión en Siria luego de que Trump ordenara que se retirara un pequeño contingente de unos 50 soldados estadounidenses de la zona fronteriza porque se creía que el ataque de Turquía era inminente.
Aunque los funcionarios de la administración Trump han argumentado que Turquía habría atacado a los kurdos aunque los soldados estadounidenses se hubieran quedado, las FDS y un nutrido grupo de legisladores estadounidenses de ambos partidos criticaron duramente a Trump por no oponerse más firmemente a la operación turca y por no tomar medidas concretas para impedirla.
Los legisladores republicanos en particular denunciaron que la decisión de Trump era una traición a los kurdos y un error estratégico que debilitará la credibilidad de Estados Unidos, revertirá los logros obtenidos contra ISIS, dificultará que Estados Unidos construya alianzas y le dará impulso a Rusia e Irán.
La administración Trump pretendió impedir tardíamente el avance de Turquía el lunes, 14 de octubre, al anunciar una serie de sanciones a los ministros de Defensa, Energía e Interior de Turquía, así como a los ministerios de Defensa y Energía.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, también reveló que Trump había hablado con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y con el líder kurdo de las FDS, el general Mazloum Kobani Abdi; agregó que Trump se "comprometió firmemente" con Trump a no atacar la ciudad kurda de Kobani en Siria, lugar que se considera esencial para las FDS.
Pence señaló que Estados Unidos también estaba trabajando en un cese al fuego entre las facciones beligerantes. Sin embargo, dado que Trump ordenó el retiro de todas las tropas estadounidenses en la zona, a Estados Unidos le será difícil supervisar, ya no digamos ejecutar el cese al fuego y no está claro qué tanta influencia tendrá Estados Unidos en la situación en el terreno. Uno de los funcionarios dijo que era "demasiado poco, demasiado tarde".
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Parte de la frustración del personal estadounidense surge de que Estados Unidos convenció a los kurdos sirios de desmantelar sus fortificaciones defensivas en la frontera y de replegar a sus combatientes para aplacar a Turquía. Estados Unidos señaló que Turquía había accedido a formar parte de un acuerdo con el que se pretendía impedir que Turquía emprendiera acción militar unilateral y se le proporcionaba a Turquía inteligencia estadounidense de la zona fronteriza.
A sabiendas de que Turquía tiene una enemistad con los grupos de kurdos sirios, Estados Unidos también se resistió a armar a los elementos kurdos de las FDS, cosa que hizo únicamente en 2017. Estados Unidos también proporcionó armas ligeras, como rifles AK-47, a los árabes y a los kurdos de las FDS y no les dio armamento pesado que pudieran usar contra un ejército moderno equipado con tanques, artillería y aviones de combate como el de Turquía.
Pese a los esfuerzos por apaciguar al gobierno turco, Turquía invadió.
Altos funcionarios del gobierno de Trump insisten en que Estados Unidos no ha abandonado a los kurdos sirios.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mike Esper, dijo el viernes 11 de octubre que Estados Unidos no ha abandonado a sus aliados kurdos aunque dejó en claro que Estados Unidos no intervendría en la pelea.
Una 'traición'
Sin embargo, los soldados lo consideran un abandono y una "traición".
"Lo que está pasando allá está bastante mal", dijo un soldado de las fuerzas especiales estadounidenses en Siria a CNN cuando se dio a conocer la noticia del repliegue de tropas estadounidenses. "Queremos ofrecer nuestro apoyo", dijo el soldado, quien agregó que "no queremos dejarlos en esta situación".
Varios oficiales de las fuerzas armadas estadounidenses manifestaron que estaban decepcionados de que ni el Pentágono ni el Departamento de Estado actuaran con más urgencia para proteger a los kurdos.
El viernes, el presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, dijo que les había pedido a las FDS que no "reaccionaran exageradamente" a la operación turca.
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Cuando se le preguntó sobre las críticas de las Fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos a la política respecto a Siria, el Secretario del Ejército, Ryan McCarthy, dijo el lunes que aunque esa "franqueza" era importante, "cuando se toman decisiones de política nacional, saludamos y nos vamos"
"Me gusta la franqueza. Es importante tenerla. Obviamente no quieres que haya desobediencia, pero, definitivamente, tienen que tener su opinión. Todo el mundo tiene opiniones, hay una guerra de ideas pero a final de cuentas […] cuando se toman decisiones de política nacional, saludamos y nos vamos", les dijo a los reporteros.
"Deberían estar extremadamente orgullosos de lo que han hecho. Aquí entra en juego política estratégica de muy alto nivel, pero en cuanto a lo que nuestros soldados han hecho, a lo que nuestras fuerzas especiales han hecho, han hecho un trabajo increíble allá y deberían estar muy, muy orgullosos", dijo el general James McConville, jefe del Estado Mayor del Ejército, en la misma conferencia que McCarthy.
A falta de la ayuda de Estados Unidos de cara al ataque turco, los kurdos buscaron la protección del régimen de Al Asad en Damasco y de sus patrocinadores militares rusos, cosa con la que Trump está de acuerdo, según un tuit que publicó el lunes.
El mismo lunes, unas horas antes, Trump corroboró los reportes de que las autoridades kurdas habían liberado a unos 10,000 elementos de ISIS que las FDS tenían prisioneros, noción que un miembro de su propia administración rechazó de inmediato.
"Afirmar falsamente que los kurdos de las FDS están liberando a los prisioneros de ISIS está mal", dijo un alto funcionario de Defensa de Estados Unidos.
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Este reportaje se actualizó.
Barbara Starr, de CNN, contribuyó con este reportaje.