"No creo que ese juicio tan general sea correcto", dijo.
Muchos de los líderes aliados están atorados en la etapa de la ira y la negociación. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo el viernes, 29 de noviembre, que Macron debería "revisar su propia muerte cerebral" antes de arrojarle piedras a la OTAN.
No cabe duda de que Macron está esperando que la cumbre de la OTAN y las reuniones subsiguientes para tratar el tema de Ucrania lleven pronto a sus críticos a las etapas de aceptación y esperanza.
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Macron quería provocar y lo logró, aunque tal vez no de la forma que esperaba. Las relaciones de Francia con Alemania se han visto afectadas.
"En Alemania, cuando dices que la OTAN tiene muerte cerebral, rompes un tabú", dijo Thierry de Montbrial, presidente del Instituto Francés de Relaciones Internacionales, un centro de estudios con sede en París, en referencia a que Alemania depende instintivamente de la OTAN como eje de su política exterior.
"Desde el punto de vista de la cooperación militar, la OTAN funciona bien, pero no tiene visión política ni visión estratégica", agregó De Montbrial. Esta ha sido una crítica común a la falta de misión clara de la OTAN desde que terminó la Guerra Fría.
"Los ejércitos siempre están al servicio de la política, no al revés, y así es como hay que interpretar la visión de Macron".