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¿El gobierno de Irán se encuentra al borde del colapso?

Varios analistas comienzan a preguntarse si las manifestaciones por el derribo accidental de un avión de pasajeros como el inicio del régimen del ayatolá.
mar 14 enero 2020 11:35 AM
Un movimiento heterogéneo
Las manifestaciones recientes son movimiento "espontáneo y comunitario" que surge de una mezcla heterogénea de intereses que incluye a estudiantes, profesionistas, sindicalistas y minorías étnicas.

Eliza Mackintosh

El gobierno iraní reconoció que derribó por error un avión de pasajeros , cosa que provocó que los manifestantes salieran a las calles este fin de semana . Aunque las manifestaciones fueron menos nutridas el lunes, 13 de enero, y los manifestantes casi estaban superados en número por los policías antimotines, algunos observadores han empezado a preguntarse si este podría ser el principio del fin del régimen actual.

Tras días de negación y confusión, las autoridades iraníes reconocieron finalmente, el sábado 11 de enero, que sus fuerzas armadas habían derribado a un avión de Ukraine International Airlines. Las 176 personas que iban a bordo murieron y muchas eran iraníes.

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Javad Zarif, el canciller iraní, dijo que la causa había sido un "error humano" provocado por "la temeridad estadounidense" , alusión a las políticas cada vez más arriesgadas entre Irán y Estados Unidos por el asesinato de un venerado comandante iraní, Qasem Soleimani.

El martes, 14 de enero, Irán anunció que habían arrestado a varias personas en relación con el accidente y que el presidente, Hasán Rohaní, dijo que se castigará a los responsables.

Comienzan las detenciones tras la tragedia del avión derribado por un misil iraní

Sin embargo, la tendencia del gobierno iraní a culpar a Washington o a otros actores externos maliciosos suena hueca ante la inestabilidad interna. Aunque la administración Trump ha fomentado una atmósfera rebelde, no fue responsable de este accidente.

Parece que al reconocer su error, el gobierno iraní reavivó el sentir antigobierno que cundía el año pasado pese a la ola de nacionalismo que suscitó la muerte de Soleimani, hace unos días.

Mientras la gente se congregaba el sábado en la capital de Irán, Teherán, para velar a las víctimas del accidente, los manifestantes llamaban a dimitir al líder supremo, Alí Jamenei, y a que se enjuicie a los responsables del derribo del avión. Los coros conocidos de "muerte a Estados Unidos" cambiaron por "muerte al dictador" y "muerte al mentiroso". En un video, se ve a los manifestantes coreando: "Jamenei, ten vergüenza. Vete del país".

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Hay quienes están empezando a decir que este momento decisivo es parecido a lo que pasó en la Ucrania soviética en 1986, cuando el desastre nuclear "expuso toda la incompetencia, los engaños del Estado y la podredumbre en el régimen", según IranWire, un sitio web para los periodistas ciudadanos iraníes de la diáspora.

Sin embargo, es difícil saber si el dolor y la furia en Irán podrán desembocar en una revolución.

¿Un momento revolucionario?

"A través de una lente occidental, siempre estamos buscando un momento revolucionario [en Irán]", dijo Sanam Vakil, investigadora sénior y líder del Foro para Irán de Chatham House, un centro de estudios con sede en Londres.

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Aunque hay ciertos paralelos entre la forma en la que las autoridades manejaron el accidente de Chernóbil y el derribo del vuelo 752 de Ukraine International Airlines —negaciones reiteradas, intentos de encubrimiento, pruebas irrefutables de parte de otros gobiernos y una aceptación a regañadientes—, las similitudes podrían terminar ahí, dijo.

"Este podría ser el 'momento Chernóbil' de Irán", dijo Vakil. "Sin embargo, la pregunta ahora es cómo va a manejarlo la dirigencia iraní. [Después de Chernóbil] todo dependía mucho de que un líder político tomara una decisión o aceptara la responsabilidad y alterara la dinámica política".

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"La única persona que realmente puede hacer cambios significativos en el sistema político iraní es el líder supremo", señaló. Y si la historia nos sirve de parámetro, es probable que Jamenei decida reprimir violentamente las protestas , como lo hizo con las que hubo por todo el país a finales del año pasado. La reacción de Teherán a las protestas ha estado bajo escrutinio, tanto del exterior como del interior, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que "el mundo está atento" y que "no maten a sus manifestantes".

Para que un levantamiento se vuelva revolución, es necesario que la oposición tenga su propia dirigencia y una ideología en común, de acuerdo con Emmanuel Karagiannis, catedrático sénior del Departamento de Estudios en Defensa del King's College de Londres. Los manifestantes iraníes no tienen ninguna de las dos cosas, señaló Karagiannis, quién les restó importancia a las manifestaciones recientes porque las considera un movimiento "espontáneo y comunitario" que surge de una mezcla heterogénea de intereses y lealtades y que incluye a estudiantes, profesionistas, sindicalistas y minorías étnicas.

"El régimen iraní ha estado en el poder más de 40 años. Obviamente podría colapsar, pero es difícil que eso pase si no existen los elementos que tendrían que existir… una oposición organizada y unida", dijo Vakil.

Hay algo diferente

Sin embargo, parece que lo que está pasando es diferente.

A diferencia de las oleadas opositoras anteriores, la reacción al derribo del avión de pasajeros ucraniano ha suscitado también las críticas de los conservadores, quienes suelen apoyar al gobierno. El editor en jefe de Tasnim, una agencia noticiosa de derecha que tiene lazos con el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, criticó a los líderes iraníes por tratar de mentirle a la gente. "Las autoridades que engañaron a la prensa también son culpables", dijo Kiam Abdollahi en Twitter. "Todos estamos avergonzados con el pueblo".

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Esa vergüenza ha crecido bajo los reflectores intensos de un ciclo noticioso incansable y las denuncias de los iraníes en las redes sociales.

Aunque la prensa oficialista iraní no cubrió las protestas de este fin de semana, las imágenes y los videos que circularon en las redes sociales amplificaron el mensaje de la indignación civil. También lo han hecho las personalidades públicas, quienes han alzado la voz en línea pese al grave riesgo que conlleva.

Taraneh Alidoosti, la actriz más popular de Irán y candidata al Óscar, criticó duramente al gobierno iraní en Instagram el domingo, 12 de enero. Les dijo a sus millones de seguidores que los iraníes "no son ciudadanos", sino "cautivos". "Peleé contra este sueño por mucho tiempo y no quería aceptarlo. No somos ciudadanos. Nunca lo fuimos. Somos cautivos", escribió.

"A final de cuentas, la República Islámica está bajo presión porque la gente de verdad quiere rendición de cuentas y transparencia", dijo Vakil.

Tal vez el vocero del gobierno iraní describió mejor la situación. En un comentario que publicó la agencia noticiosa semioficialista Fars, Ali Rabiee señaló que la tardanza del régimen en reconocer que había derribado el avión había "dañado irreparablemente nuestra relación con nuestra nación".

La pregunta es qué hará Teherán al respecto.

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